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Capítulo 2.

Merlín

Me remuevo en el suelo sintiendo mi alrededor girar, me llevo una mano a la cabeza y con dificultad me siento sin poder abrir los ojos. ¿En dónde me encuentro exactamente? El ambiente en este lugar no es el mismo que en los calabozos o mi palacio. Parpadeo desplazando la mirada por las paredes o la mueblería costosa y luego mis ojos recaen en los tres que se encuentran de pie, dándome la espalda hablando entre ellos.

—Ustedes... —musito entre dientes levantándome lentamente— ¿qué hago aquí con ustedes tres?

Los tres me ignoran completamente y siguen discutiendo agresivamente entre ellos.

— ¡Me cago en la puta! Juro que voy a poner mis manos alrededor de ese cuello tuyo Undine y lo voy a retorcer hasta que deje de funcionar para sostener esa cosa hueca que tienes por cabeza.

—Por las Diosas. —musito observando como el chico realmente se contiene en retorcer el cuello de la chica que levita a su lado—. ¿¡Qué hago aquí!? Yo no debería de estar aquí. Yo... ahora la abuela va a tener la excusa perfecta para querer sacarme de mí trono.

La morena de cabello claro se gira notando mi presencia.

— Oh. ¿Estás bien? Siento haberte dejado inconsciente cariño, lo que dice el Rey se hace. —musita la chica de pelo blanco ofreciendo su mano, lleva una tela blanca cubriendo sus ojos.

—Claro que no. —respondo mirándola molesta. Esto definitivamente no puede estar pasando, no a mí, ¿dónde está el guardaespaldas cuando se le necesita? —. Necesito regresar a mi trono, ahora.

El chico gruñe, me mira con sus ojos negros irradiando molestia.

— Y yo necesito sentarme en el mío y comenzar a matar personas antes de que sea un asqueroso desastre. Un reino no se cuida solo, Undine trae a la emplumada.

—¿Acaso el mío lo hace? —pregunto incrédula y miro la puerta a unos pocos metros.

Escapar por ese lugar sería fácil, pero mi cuerpo parece reaccionar lentamente a las órdenes que le envió y a diferencia mía, ellos se encuentran más que bien. Miro el enorme pasillo que se extiende delante de mis ojos. Dioses.

— ¿Acaso pregunté si me importaba? Si quieres salir ahí está la salida, solo asegúrate de morir lejos de mis terrenos. —se burla el chico caminando hacia la puerta. —Undie trae a la chica, si te portas bien puede que te deje despellejar al dueño de la taberna del este.

— ¡Sí! Ugh cuanto lo odio, ¿puedes creer que me agarró el culo sin mi permiso? Ryry lo va a ejecutar esta tarde y ya pedí un asiento en primera fila. —me dice la chica emocionada.

Llevo una mano a mi frente sintiendo mi cuerpo todavía adormecido. Escapar en estas condiciones es imposible. Menos cuando este lugar parece ser cada vez más y más grande conforme avanzamos por los largos e interminables pasillos llenos de puerta y montones de sirvientes, que vienen y van llevando cosas.

—Supongo que lo tiene merecido. —respondo alzando mis hombros.

—Lo tenían más que merecido, ¿cómo te llamas? Yo soy Stormy, ella es Undine y el amargado de allá es Ryder, aunque secretamente lo llamamos tirano.

—Merlín. —contesto pasando mi mirada entre cada uno de ellos, tratando de asociar sus rostros con sus nombres.

—Es un nombre precioso, ¿no crees Ry?

—Precioso mi culo, muévanse.

Gruño por lo bajo cuando la chica llamada Undine posa sus pies a mi lado y poniendo un par de esposas alrededor de mi muñeca me guía fuera del pasillo siguiendo a Stormy y Ryder. Observo curiosa los pasillos a mi alrededor y la recurrente presencia de guardias, y se siente extraño, en los pasillos de mi palacio normalmente se encuentran en completa soledad, los ángeles que custodian la zona se ocultan entre las sombras, la luz y las nubes.

Un Reino de Llamas y PlacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora