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¿Qué hacer cuando eres un niño enamorado de alguien mayor? Por supuesto que tus sentimientos serán tomados en consideración, pero jamás seriamente porque ¿Cómo un niño podría saber sobre el amor romántico? Los adultos solo piensan que un infante puede amar a alguien de la misma manera que a un familiar, pero nunca como algo que perduraría en el tiempo como para obtener una relación formal en el futuro.

Yuuri Katsuki era un niño de seis años, quien estaba enamorado de su lindo vecino quien era un joven rubio de dieciséis años. En ese instante la diferencia de edad entre ellos se veía enorme, pero en el futuro no se notaría tanto. solo eran diez años de diferencia, diez años que para la mente inocente de un niño no significaban nada puesto que en su imaginación él podía ver claramente como con el pasar del tiempo crecería y el chico rubio seguiría siendo de la misma edad, logrando así que ambos tuvieran la misma estatura. Porque así son los niños, algo egocéntricos y piensan que mientras ellos avanzan, el mundo se detiene.

Hace un año Yuri Plisetsky había llegado a vivir a su nuevo hogar, a su padre lo habían trasladado debido a su trabajo por lo cual él, su abuelo y padre se habían mudado de ciudad. Para el rubio de ojos verdes había sido un total fastidio, no porque dejaría amigos atrás sino porque el empacar cosas era una molestia, además de tener que aprender nuevamente cómo ir a la escuela y qué transporte usar. Nikolai, su abuelo, siempre decía que todo era para mejor y que las cosas pasaban por algo, así que Yuri intentaba no quejarse tanto.

La casa era bastante amplia y tenía jardín, donde vivía antes era un departamento por lo que el espacio era un poco reducido. El rubio pensó que tal vez su abuelo tenía razón y no sería tan malo después de todo, así que llevó sus cajas a la que sería su habitación y comenzó a desempacar, los de la mudanza habían dejado las camas armadas por lo que solo quedaba organizar las cosas, lo haría rápido para tener tiempo de ayudar a su abuelo.

Yuri podía recordar el primer día como si fuera ayer ya que, al terminar sus labores y salir al jardín delantero, pudo escuchar a niños pequeños. Al principio pensó que jugaban, mas pronto se dio cuenta de que estaban discutiendo.

Se asomó por sobre la cerca observando que había tres niños, aunque uno de ellos era menor que los demás. Pudo notar que un chico grande estaba molestando al más pequeño, mientras una niña regañaba al abusivo por su actuar. No pudo evitar meterse en medio,  si bien no era de su incumbencia, era molesto escuchar una discusión de enanos.

—¡Hey tú! Descerebrado…  deja al cerdito en paz —no sabía su nombre por lo que únicamente pudo ponerles apodos. Los niños se quedaron callados al notar que alguien mayor había venido a verlos, como siempre los chicos que hacen bullying se ven indefensos cuando se saben descubiertos, por lo que el abusivo le saco la lengua al más pequeño y entró en la casa—. Cobarde —soltó tras chasquear la lengua.

—Esto… ¿Gracias? —le dijo la niña, algo sonrojada y con una sonrisa tímida en los labios— soy Yuuko ¿Tú eres el nuevo vecino? —Preguntó con curiosidad— ¿Cómo te llamas? ¿Cuántos años tienes?

Los niños solían ser muy curiosos y por lo tanto molestos— no te importa mi nombre y soy mayor que tú, niña. Ahora dejen de hacer alboroto —les exigió puesto qué no quería escuchar a mocosos escandalosos. Observó al niño menor quien permanecía en silencio y con los ojos llorosos— oye ¿Estás bien? —no pudo evitar preocuparse un poco, la expresión del pequeño era tierna de algún modo, eso lograba que mantuviera su interés y no se retirara de inmediato.

La niña se acercó y  abrazó al menor— ya, Yuuri, sabes que Takeshi es así —le dijo calmándolo.

El rubio se sorprendió por como llamó al chico ya que compartían nombre. Lo que le faltaba… compartir nombre con un niño llorón.

Primer amor (Yuyuu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora