15

27 4 0
                                    

Cuatro años después...

Cuatro años era mucho tiempo y bastantes cosas podían cambiar en esa cantidad de tiempo, como la estatura, la madurez y el nivel educacional. Al parecer los años lograban acrecentar unas cosas y disminuir otras, como la inocencia y la imaginación a la hora de jugar. Yuuri Katsuki de doce años ya era un preadolescente, uno que ya no creía en santa papá Noel, que ya no jugaba tanto a correr durante los recesos, que tenía sus propios secretos bajo el colchón, que ahora pensaba con mayor claridad sobre lo que era una relación amorosa y que mantenía sus sentimientos por el vecino intactos. Aun después de cuatro años y de que su cuerpo hubiese cambiado, su rutina diaria seguía siendo la misma.

—¿Otra vez aquí? ¿Es que acaso tus amigos no te soportan? —preguntaba un cansado rubio que había tenido un molesto periodo de exámenes en la universidad, solo quería llegar a casa y dormir.

Todo el camino fue pensando en cómo sería el tirarse a su cama y descansar, cosa que no podría hacer si no encontraba a Yuuri como siempre ahí, aunque fingiría que no tenía ganas de verlo porque sabía que el chico se privaba de juntarse con otros chicos después de la escuela solo por venir junto a él.

—Mis amigos me aman, Yura —respondió el menor— y tú también —le dijo mientras intentaba mantener su rostro serio. Phichit le había dicho que debía comenzar a mostrarse más seguro de sí mismo si quería atraer a un adulto y eso es lo que haría.

—¿Yo también? —preguntó mientras alzaba una ceja. Podía ver como el azabache intentaba parecer algo que lejos estaba de ser, quería reírse, pero prefería aparentar estar molesto. Este juego donde Yuuri intentaba usar distintas tácticas para conseguir "quién sabe qué", se le hacía gracioso y tierno— déjame decirte, pequeño cerdo... —se acercó lentamente a Yuuri quien estaba de pie junto a su escritorio, lo tomó del mentón para alzar su rostro y mirarlo fijamente a los ojos. El chico mantenía su expresión segura, aunque por dentro estaba muy nervioso ¿Habría funcionado? — yo te adoro, pero esto no funcionará —rio levemente y lo soltó para después alejarse y comenzar a quitarse los zapatos para poder descansar— ya puedes respirar, Yuuri —comentó y el otro soltó todo el aire que había contenido en sus pulmones mientras permanecía serio, pero con el rostro completamente rojo.

— ¡Yura! Eres muy cruel —reclamó para luego tirarse de cara a la cama para ocultar su fuerte sonrojo, cosa que no lograba ya que sus orejas estaban del mismo color.

—¡Hey! Es mi cama y quiero dormir —soltó mientras con el pie corría al azabache y lo hacía rodar hacia un costado del colchón— dame espacio, cerdo. Ocupas toda la cama —cuando su lado estuvo libre, se acostó de lado para que ambos quedaran bien. Yuuri había crecido mucho y ya casi no cabían en la cama, tal vez debería comprar una más grande... ¿Qué rayos estaba pensando? El chico debía irse a su casa, esa era una mejor opción.

—¿Co- como te fue hoy? —le preguntó el japonés y Yuri cerró sus ojos por el cansancio.

—Bien, creo que por lo menos aprobaré con la nota mínima —respondió mientras intentaba no quedarse dormido para darle un poco más de atención al menor.

—Eso no está bien, Yura. Deberías pasar con la calificación más alta —lo regañó, él sabía que el rubio era muy inteligente, además de guapo. Yuri era perfecto y él tenía un grave problema de amor no correspondido.

—Sí, sí. ¿Cómo estuvo la escuela? ese... Víctor —al nombrarlo hizo una mueca de asco que provocó que Yuuri riera levemente— ¿Te estuvo acosando de nuevo? —no era que el platinado realmente acosara a Yuuri, solamente se le acercaba constantemente a abrazarlo y darle la mano como si tuviera algún derecho.

Primer amor (Yuyuu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora