Yuri no pudo evitar hablar con Otabek sobre lo que había sucedido con el menor, explicándole como otro chico había ayudado al pequeño japonés. Otabek solo pudo decirle que debía estar agradecido de que alguien interviniera y que por ahora no había nada que hacer, después de todo ellos tenían dieciocho y se vería algo mal que fueran a intimidar a un niño de diez años.
—Ya lo sé, pero no puedo esperar a que ese niño esté ahí siempre que al cerdo le pase algo —respondió a su amigo quien lo observaba extrañado al darse cuenta que Yuri parecía más irritado de lo usual.
Estaban en un parque cercano a la casa del rubio, había ido a visitarlo con la intención de también ver a Yuuri ya que le había prometido compartir con él también cuando fuera, pero el menor se encontraba con sus padres en una salida familiar.
—Bueno, no es como si pudieras meterte a su escuela y vigilarlo, Yura —respondió con calma.
Otabek tenía razón, además le estaba dando demasiadas vueltas, después de todo ya habían pasado un par de días después del incidente y Yuuri no había vuelto a hablar sobre algo parecido, solo las mismas cosas de todos los días que a veces le mareaba escuchar. El rubio observó la hora en su celular y pensó que ya era tiempo de volver a casa para comer algo, cuando iba a comenzar a caminar escucho el grito de un niño que podía reconocer en cualquier parte.
—¡Beka!
Lo malo era que no gritaba su nombre, sino él de su amigo quien sonrió al instante al ver al menor correr hacia él. Había pasado un buen tiempo desde que se habían visto la última vez.
—Hola, Yuuri —lo saludó revolviéndole el cabello cuando llegó junto a él, con las mejillas rojas por correr y su rostro emocionado— ¿Cómo va la escuela?
—Va bien, como siempre —respondió mientras quitaba la mano de su cabeza y fruncía el ceño. No le gustaba que lo despeinaran cuando estaba frente a Yuri, además que al hacer eso lo hacían parecer un niño pequeño.
—Al parecer soy transparente —se quejó Yuri al ya no tener la atención de los dos chicos que acostumbraban a estar siempre atentos a él.
Yuuri se acercó y lo abrazó por la cintura, ya que era al lugar que llegaba del rubio.
—Yura, hoy hice muchas cosas y mi mamá me dio esto —le dijo mientras metía la mano en su bolsillo y sacaba dinero— para que te invitara a un helado —habló emocionado.
Realmente lo hacía feliz poder ver a Otabek, pero en realidad venia más animado por poder invitar al ruso a comer algo.
—¿Ah? ¿Me invitaras con el dinero de otra persona? —lo molestó un poco, pero se arrepintió enseguida al ver el rostro serio del menor.
—No es de otra persona, yo lo gané —el menor miró fijamente al rubio, con determinación en sus ojos— ayudé a mamá y a papá en muchas cosas hoy para ganar esto, así que es mío.
Otabek y Yuri se sorprendieron por ello, no se esperaban ese tipo de respuesta, de hecho el moreno ya estaba por regañar a Yuri diciéndole que no debía ser así con el menor. El rubio le sonrió a Yuuri para luego agacharse un poco para quedar a su altura y así poder hablarle de frente.
—Lo siento, cerdo —se disculpó enseguida— se me olvida que ahora eres más grande.
Aquel fue el mejor halago que podría haber recibido Yuuri en su vida, sobre todo porque salía de la boca de aquella persona que consideraba demasiado importante en su vida. No pudo evitar que sus mejillas enrojecieran y que su semblante serio se transformara en uno nervioso.
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Primer amor (Yuyuu)
FanfictionYuuri es un pequeño incomprendido, nadie entendería que un niño de seis años se había enamorado de un adolescente. Nadie tomaría en serio sus sentimientos solo por ser pequeño, pero aun así no se daría por vencido porque él sabía muy bien por quien...