Haitanis lover

Los cumpleaños 🔥

Me despierto temprano para darme una ducha, por suerte el día de hoy las clases comienzan más tarde debido a que las primeras horas fueron canceladas; me percato que el gas de nuevo no sirve es la quinta vez a la semana que sucede y eso que apenas es jueves, decido entonces desayunar fuera y cuando estoy por salir llega un repartidor de paquetería.

-Buenos días señorita ¿es usted Kamisama Ari?

-Buenos días, sí soy yo.

-Tengo dos paquetes para usted, uno es de Kamisama J. y el otro es de Haitani R. -me entrega dos cajas de dimensiones similares -. Que tenga un excelente día señorita.

Observo intrigada ambos paquetes y me pregunto qué habría adentro pero debido a que debía desayunar en la calle tuve que dejar las cajas cerradas y abrirlas hasta mi llegada.

En la escuela recibí felicitaciones de algunos compañeros y maestros, por ser el día de mi cumpleaños no significó exentarme de no realizar un examen pero al menos al final del día el comité escolar me obsequió un pequeño pastel blanco de sabor vainilla que venía en una agraciada cajita transparente, tal y como era usual en los cumpleaños de los alumnos.

Al llegar a mi departamento derrocho unas horas en esperar la llamada de mi hermana que nunca llegó y tomándome una botella de vodka sabor mandarina que compré sólo para probar su sabor pero ahora la botella estaba a la mitad. Veo en el piso los paquetes cerrados y decidida abro ambos comenzando por el que me regaló mi hermana, dentro había unos tacones plateados muy lindos y un bolso que le hace buen juego. En la segunda yacía entre finas envolturas de tela, un vestido de color púrpura imperial corto y ceñido, acompañado de unas arracadas y un collar plateado; mientras observo el vestido me pregunto quién de los dos haitani me lo habría regalado, pues en el remitente sólo decía "Haitani R.", sin pensarlo más pongo música a todo volumen y me pruebo el vestido con los accesorios que traían de conjunto y con los tacones que Jen me dio, escucho unos golpes en el vidrio que da al balcón y en el sobresalto volteo para ver quién es pero al estar oscuro afuera no distingo además que las luces de colores no alumbran lo suficiente y los tragos ya me habían afectado, deslizo el ventanal y es Ran.

-Ran, pasa.

-Ari, vine a desearte un feliz cumpleaños... hey pero qué bien luces el vestido -comenta complaciente y con su mirada recorre todo mi cuerpo, esa mirada que sólo él sabe hacer.

-¿Te gusta? -dije mientras me volteaba para modelarle el vestido -. Porque a mí me gustó mucho.

-Ese color te luce fantástico Ari, de hecho es mi color preferido.

-Muy buena elección, Ran -todo aquello que Ran decía y que estuviese ahí me confirmaba que él me había regalado el vestido por mi cumpleaños.

-La buena elección es tuya al ponértelo, Ari.

-Sshhhhhh... cállate mentiroso.

Al decirlo intenté caminar para alejarme de Ran pero por el efecto del alcohol no pude dar bien el paso y accidentalmente me tropecé y aventé a Ran que me jaló con él tomándome por la cintura, por suerte caímos en mi cama, yo encima de él y ambos reímos. La única luz que había era la de los focos en el ventanal y era difusa de color rojo con azul y violeta, se reflejaba incitante en la piel de Ran que me penetraba con su mirada mientras sentía como me envolvía el olor de su fragancia Mont Blanc, como música de fondo se había puesto un álbum de ritmo blues y la canción que sonaba se titula "Love me tonight - Eva Carboni" estaba a todo volumen, era el momento y ambos lo sabíamos.

Ran tomó iniciativa y acerco sus labios hasta llegar a los míos, mi boca accedía a todo aquello que hacía la boca de Ran, si su lengua quería entrar al encuentro de la mía no había obstáculo alguno que se lo impidiera, si sus dientes mordían fervientemente mi labio inferior un gemido salía como producto de lo que estaba sintiendo. Una de sus manos desacomodaba mi cabello mientras que con la otra acariciaba mi cuello y espalda; Ran sin desaprovechar la ocasión, en medio del beso bajó la cremallera de mi vestido hasta el inicio de mis bragas y justo en ese instante se escucha una voz ajena que nos espanta a ambos.