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Normalmente no bebo, no me gusta beber mucho pero ahora mismo eso no importa

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Normalmente no bebo, no me gusta beber mucho pero ahora mismo eso no importa. Quiero terminarme la botella así sea lo último que pueda recordar de esta horrible noche.

Estoy sola en el restaurante, no es la primera pero pensaba y deseaba que fuera la última.

— Sara — Voz gruesa, dominante pero al mismo tiempo tranquila.

Levanto la cabeza para dejar la copa a un lado y ver esos grises parecidos a los del causante de mis penas. Mi cuñado.

— Recce. — Saludo y señalo con la mirada el asiento vacío. — ¿Qué te trae a encontrarnos en el mismo restaurante? — Lo puedo evitar soltar la ironía cuando en mi pecho hay un fuego ardiendo hasta lastimarme.

— Estuve con Alex cuando le llamaste para recordarte sobre la cena de aniversario. — Corta el trozo de carne delante de él llevándolo a su boca, sus labios se fruncen empujando la comida hacia delante sacándome una corta sonrisa. — Frío.

Mi sonrisa se borra de inmediato, es cierto. La cena se ha enfriado, Alex no volvió a llegar a nuestro aniversario. Desde hace tiempo esto se volvió una costumbre que hasta ahora me cuestiono ¿desde cuando es así?

— Como siempre. — Mi boca habla más rápido que mi razón y me muerdo el labio cuando me mira bajando mi mirada a mi plato para jugar con el tenedor.

— No estés triste. Alex solo tiene mucho trabajo. — Intenta consolarme.

— Deja de justificarlo — Aprieto el puño debajo de mi mesa y me armo de valor para verlo a los ojos. — Siempre es lo mismo, no es que tenga mucho trabajo si no que no puede tener sus pantalones arriba, eso es todo. — Me termino empino la copa y la dejo en la mesa con algo de fuerza. — Me voy a casa. Christopher debe estar esperandome.

— Yo te llevo. — Se levanta de inmediato y me extiende su mano que rechazo de forma sutil pasando por su lado dándole una pequeña sonrisa de lado.

Su mano pasa por mi espalda baja y me da un escalofrío, decido justificarme con la brisa nocturna. — Traje al chófer.

— Y yo soy tu cuñado. Merecemos una platica. — Me acerca un poco y decido hacerle una seña a mi chófer para después subir al auto de Recce.

El camino al principio es silencioso, nadie sabe como iniciar una conversación pero en cierta forma me ayuda a pensar. Las ganas de irme del lado de Alex ahora no son solo eso, es un hecho que estoy dispuesta a hacer.

Christopher es pequeño pero se que con su padre no le va a faltar nada, si lo llevo puede incluso sufrir de hambre por mi culpa o no cuidarlo adecuadamente.

— Sara.

— Tenía planeado un viaje en familia. — inicio — Quería arreglar mi matrimonio justo si se presentaba a la cena de hoy. Le dije que si no asistía iba a ser mi último intento para recuperar lo que una vez tuvimos y parece que no le dio importancia.

Un destino diferente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora