Ahora mismo vamos a ponerte al corriente de lo que ha sucedido. Alex y Sara se divorciaron pacíficamente. Recce no perdió el tiempo y ambos se casaron en una boda muy bella.
— ¡Mami de nuevo sonríe — Christopher salto de los brazos de su madre hacia su tío Recce quien felizmente beso las mejillas de su cadete.
— ¡Así es, todo gracias al muñequito! — Se río Recce dándole vueltas a su sobrino.
— Muchas felicidades — Alex se acercó con una sonrisa genuina.
— ¡Papá! — Christopher saltó a los brazos de su padre — Mi mami se ve hermosa, ahora tengo dos papás — Mostró el número dos con sus dedos.
— Así es y ambos te queremos mucho. Vamos a proteger entre los tres a tu madre.
— Tu padre tiene razón — Recce despeino a Christopher.
— Muchas gracias — Sara beso la mejilla de Alex sacandole una pequeña risa.
Como podrán notar la relación de Christopher y su padre mejoró más de lo esperado pues se volvieron las cercanos.
El pequeño Christopher no tan pequeño al cumplir siete años tuvo a su primer hermano Damian Morgan Harts.
— Es muy llorón — Se quejó Christopher mirando en la cuna al bebé. — Además es gordo.
— Pero es precioso — Sara besó la cabeza de su hijo — Tú también eras muy llorón y cacheton. Pero no vuelvas a decir que tu hermano es gordo. — Le tapó la boca.
— Aún así debo seguir siendo tu favorito mamá — Christopher se giro abrazando a su madre con cariño.
— No tengo favoritos pero sin duda tienes la mitad de mi alma. — lo agarro a besos recibiendo carcajadas de su hijo mayor.
— Yo lo cuidare. Nadie podrá molestarlo o hacerle daño nunca. — Juro Christopher.
Cuando Christopher tuvo diez años conoció a su otro hermano. Eriks Morgan Harts.
— Mi helmano — Damian señaló al bebé en los brazos de su madre.
— Nuestro hermano — Corrigió Christopher.
Damian y Christopher se inclinaron y cada uno tomó con cuidado la mano de su pequeño hermano dándole un beso en la palma. Sara acaricio con cariño la cabeza de sus hijos sin soltar a Eriks quien miraba con detenimiento a sus hermanos.
Recce sonreía del otro lado de la cama siempre era lo mismo, le venían a decir buenas noches o de plano dormir con ellos con la excusa de cuidar al nuevo bebé.
Lamentablemente la muerte azotó a los Morgan llevándose consigo a Elijah. El patriarca de la familia. Un día oscuro que todos preferirían olvidar más siempre lo tenían presente. Un gran abuelo, un gran esposo, un gran ministro y un gran padre.
Cuando Christopher cumplió veintiún años le dio la bienvenida a los mellizos. Darek Morgan Harts y Elizabeth Keith Morgan Harts.
— Prometanme que serán los últimos. Mi herencia disminuye con cada hijo que tienen. — Christopher mirada a su madre con reproche pero sin dejar de cargar a su pequeña hermana.
— Chris aún tiene la fortuna del tío Alex. No es pobre. — Damen codeo a su hermano Eriks.
— Pero se ve como todo un padre con nuestra Eli — Se burlo Eriks.
Recce estalló en una carcajada junto a Sara quien soltó un quejido pues no tenía mucho que dio a luz. Christopher rodó los ojos y les propinó un golpe en su cabeza a sus hermanos menores.
— Déjenme ver a esa preciosa bebé. — Alex entró a la habitación. — Muchas felicidades Recce y Sara pero tengo que cargar a esta leyenda.
— Pero claro. Para mi no hay saludo. — Bufa Christopher.
— Hola hijo — Saludo Alex haciendo que Christopher lo mire ofendido. — ¿Me la prestas?
— No lo hagas. Se la puede robar. — Susurro Damian.
— Todos olvidan al que come con mamá.
— Nadie lo olvida, como dijiste está comiendo ni que fuera a arrancarselo a mamá de su pecho. — Christopher rodó los ojos y le entrego a Eli con cuidado.
— Todos lucen muy emocionados. — Susurro Sara acariciando la mejilla de su bebé quien comía con tranquilidad en sus brazos y con su otra manita amazaba como gatito el pecho de su madre.
— Pero claro. Es la primera mujer Morgan, incluso mamá está feliz. — Recce molestaba a su hijo quien fruncia el ceño claramente molesto pues no lo dejaban tomar leche en paz.
— Mira que hermosa es. Digna Morgan. — Regina tenía en brazos a la pequeña Eli quien estaba de lo más feliz por la atención.
Christopher quien aún era teniente estaba a una medallas para reclamar ser capitán sin embargó surgió un problema. Los italianos y la FEMF se habian encontrado en un operativo resultando así en la muerte de Brandon Mascherano. Dando inicio a la guerra entre los Morgan y Mascherano.
— Muerte a los Morgan. — Declaró Antoni.
— Muerte a los Mascherano — Sara como Esmeralda Sangrienta asesinó a Alejandro, Dalila e Ivana Mascherano. Poniéndola en la mira de la FEMF y la pirámide.
— No entiendes en el peligro en el que estás mamá, es mi pelea. No tuya. — Christopher estaba de rodillas sosteniendo las manos de su madre entre lágrimas — Pueden matarte no quiero perderte. Te suplico que no vuelvas a aparecer como Esmeralda.
— Christopher. Haré lo que sea necesario por mis hijos. Por tí. — Sara sonrio enternecida acariciando la mejilla de su hijo y limpiando las lágrimas. — Ven aquí cariño, no me gusta verte llorar. — Christopher se levanto un poco y abrazo la cintura de su madre recostando su cabeza en su regazo.
— Te quiero, mami — Murmuró.
— Yo también, mami te ama como ama a tus hermanos. — Acaricia su cabello — Eres un pedazo de mi alma que estoy dispuesta a proteger. Recuerda que tus hermanos te van a necesitar si me llega a pasar algo, prometo que es el último operativo que hago y voy desaparecer ante los ojos de la FEMF y la pirámide.
— ¿Lo prometes? — Christopher se levantó junto a Sara.
— Lo prometo — Sonrió.
— Más vale o juro que te encerrare aquí e incluso le diré a mi tío Recce. — Me abraza y río asintiendo tallando su espalda.
— Mi bebé grande. Sigues siendo igual se mimoso que antes. — Sonríe — Recuerdo cuando aún estabas en la cocina lleno de harina.
— Puedo seguir haciendo postres contigo. Así como lo hacen ahora mis hermanos.
ESTÁS LEYENDO
Un destino diferente
FanfictionUna cita me hizo abrir los ojos. Un hombre me estuvo acompañando siempre en mis momentos importantes y es gracioso que lo recuerde. Me casé por amor pero eso no significa que tenga que tenga que seguirlo estando sin cumplir mi sueño. Ahora un hombr...