Me veo al espejo. Veo mi rostro, mis facciones, mis gestos.
— Cuando dije. Que quería meterme a un libro. — Mis puños tiemblan — NO ERA PARA QUE ME METIERAS EN LA TRILOGIA MAS PELIGROSA QUE HE LEIDO.
Jari escribiendo: detalles.
No tarde en darme cuenta en dónde estaba, me desperté y mágicamente estoy en otro lugar siendo despertada por un bebé que me dice mami.
— Sara — La puerta del baño es tocada y me giro de inmediato — ¿Estás bien? Christopher me dijo que te metiste corriendo al baño.
— Tío Recce ¿mamá estará bien? — Su voz infantil me llena de ternura, suspiro tratando de calmarme.
— Estoy bien. Solo, necesito un baño. — Informo.
Escucho unos pasos y suspiro metiéndome a la ducha, mi cabeza me juega chueco y me comienzo a toquetear de aquí a allá.
— Debo parecer una pervertida — Me hundo en la tina sintiendo mis mejillas calientes.
Los recuerdos de Sara vienen a mi mente ahora un poco más lento, incluso se la razón del viaje. Todo lo que pasó con Alex me da rabia e incluso cuando quiso abandonar a Christopher como en el libro.
Salgo de la tina y me envuelvo en la toalla para abrir el closet. — ¿Qué es esto? — Veo toda la ropa. Es completamente cubierta, veo el cesto de ropa sucias encontrando un vestido de playa cubierto como si fuera una bata. — Sara no eres monja — Aprieto mi puño y tomo un bikini que estaba hasta atrás del cajón, me pongo el vestido de playa que igual se encuentra ahí e incluso le quito la etiqueta nueva.
Me veo al espejo y no puedo evitar sonreír al verme. La puerta se abre y me giro hacia la puerta para ver una pequeña cabeza asomada.
— ¿Mami?
— ¿Qué sucede? Entra cariño. — Me siento en la cama y Zeus viene detrás de él.
Christopher se mete entre mis piernas y me mira con esa tormenta hipnotizante que incluso tomo sus mejillas regordetas con cariño para besar todo su rostro sacandole risas.
— ¿Ya desayunate con tu tío?
— No — Junta sus deditos — Te estaba esperando. — Susurra tímido y un sonrojo sube a sus mejillas.
Suelto un chillido y lo cargo dejándolo en la cama besando su rostro y estomago sacandole varias risas hasta que lo veo ya muy agitado. — Entonces vamos a desayunar.
Lo cargo y envuelve sus piernas en mi cintura, abro la puerta y Zeus viene detrás de nosotros ladrando hacia Christopher quien no para de llamarlo.
— Buenos días querida farmi...lía. — Un hombre se gira, su camisa está abierta y tiene dos platos en las manos. Me mira de arriba a abajo e incluso se queda un buen rato viéndome las tetas.
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Un destino diferente
FanfictionUna cita me hizo abrir los ojos. Un hombre me estuvo acompañando siempre en mis momentos importantes y es gracioso que lo recuerde. Me casé por amor pero eso no significa que tenga que tenga que seguirlo estando sin cumplir mi sueño. Ahora un hombr...