John Price

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Tú y Price eran esposos hace 15 años. Se conocieron cuando tú tenías 19 y él 21, en ese momento era de bajo rango en el SAS, por lo cual lo viste crecer en su carrera, y como persona también. 

Su relación siempre fue como de ensueño, él te daba regalos cada que podía, se preocupaba por ti, te mimaba y te hacía sentir la mujer más bella del mundo. Al menos hasta los primeros 10 años. Últimamente ya casi no hablaban, pues con su aumento como capitán en el SAS casi nunca estaba en casa, y te escribía muy poco, según él era para protegerte, pero últimamente te preguntabas hasta que punto eso era cierto.









-John... Contesta por favor...- suspiraste cansada, era la quinta vez que le llamabas en el día y tampoco hubo respuesta.

Te sentaste en el borde de la cama y frotaste tus sienes tratando de calmar el creciente estrés que sentías. 

John te había prometido que te llamaría en su hora del almuerzo pero esa llamada nunca llegó. Pasó una, dos, incluso tres horas y no había ninguna llamada. Suspiraste y te paraste de la cama, no querías sentir aquel olor a colonia y cigarro que John dejaba impregnado en las sábanas y en la habitación; aquel olor que una vez te volvió loca y ahora te lastimaba. Te dirigiste a la cocina y miraste de reojo la foto de tu boda que estaba apoyada en la mesita del pasillo. 

"¿Qué pasó con aquel hombre?" pensaste mientras sentías un pesado vacío en tu pecho. 

Llegaste a la cocina y te pusiste tu delantal, porque a pesar de todo, aquel amor que sentías por John era inmenso, y desde el día que se casaron decidiste que lo esperarías con la comida hecha como una muestra de tu amor. 

Sabías que tú hombre era de buen comer así que le hiciste su cena con una porción de carne, una de vegetales y una de macarrones, tu comida favorita

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Sabías que tú hombre era de buen comer así que le hiciste su cena con una porción de carne, una de vegetales y una de macarrones, tu comida favorita. 

Te sentaste en la mesa ojeando tu celular esperando un mensaje o una pequeña muestra de vida de tu esposo, aunque esta no llegó. Pasaron las horas y no llegaba, pronto se hizo la media noche y tu corazón se sentía más arrugado con cada minuto que pasaba. Finalmente, y luego de mucho reprimirlo, la primera lágrima salió, y seguida de esta la segunda, y una tercera, y luego varias decenas de estas. 

Unas horas después llegó tu esposo sin tratar de hacer mucho ruido, pensando que estarías en la habitación, hasta que volteó la mirada un poco y vio tu silueta recostada en la mesa, aparentemente dormida. 

Price trató de alzarte y llevarte hasta tu habitación pero tú despertaste y sentiste un dolor inmenso en tu pecho al ver esos ojos azules frente a ti. 

-____... ¿qué haces aquí a esta hora?- John preguntó consternado y preocupado, pues la pálida luz de la luna alumbraba tu piel y dejaba ver las lágrimas secas que habías derramado durante toda la madrugada. 

-Esperándote, John.- Respondiste con un tono seco tratando de no mostrarte débil ante el causante de tu dolor. 

-Lo lamento, tuve más trabajo de lo usual, te juro que planeaba llegar más temprano y...- 

One Shots Call Of DutyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora