✨𝑬𝑽𝑨𝑵𝑮𝑬𝑳𝑰𝑵𝑬✨ - ᴅᴇꜱᴄᴇɴᴅɪᴇɴᴛᴇꜱ

𝟺.𝙿𝚛𝚘𝚙𝚞𝚎𝚜𝚝𝚊𝚜 𝚢 𝙳𝚎𝚜𝚎𝚘𝚜

Ray abrió la puerta encontrado a Jay y Carlos jugando con los videojuegos, siendo mirados por una joven pelimorada algo enojada.

-¿Dónde se supone que estabas Ray?-.

-Lo siento, lo siento-dijo levantando las manos en forma de rendición.

-¡CHICOS!, ¿recuerdan que vinimos aquí por un trabajo?-.

-Hada Madrina, Bla bla bla-dijo Jay que parecía tomarlo a la lijero-varita mágica bla bla bla-.

El resto a excepción de mal rieron un poco.

-Esta es nuestra oportunidad, de probarnos ante nuestros padres-los chicos parecían recapacitar un poco-de probarles que somos malos, despiadados, inhumanos y crueles, ¿si?-.

-Si-respondieron al unísono.

-Evie, el espejo-.

Los cinco se acercaron a la mesa justo al centro de la habitación.

-Espejito, Espejito en la...en mis dedos-corrigió la Peliazul-la varita del hada madrina quiero-.

-¿No está muy cerca?-preguntó el moreno.

-Espejo mágico no tan cerca-.

Pero este se alejó demaciado mostrando la imagen del planeta tierra, así que Evie le pidió al espejo mágico que acercara la imagen algunas considerables veces.

-¿Puedo volver a mi juego?-comentó Carlos quien era poco paciente.

-Te acompaño-apoyó Ray.

-Alto-.

-Está en museo, ¿saben dónde queda eso?-.

Carlos tecleo algunas letras en su computadora y logró encontrar la ubicación.

-A 3.7 kilómetros-.

Rápida y cuidadosamente los 5 abandonaron la habitación para dirigirse al museo.

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Una vez cerca de la puerta, los chicos se dieron cuenta que un guardia de seguridad se encontraba en el lugar.

-Bien lo intentamos-comentó Ray.

-Vuelve aquí chico sombra-.

-Porque no utilizas algunos de tus trucos para deshacerte del guardia?-.

-Mis influencias se lo llevarían, pero no lo devolverán, y eso sería un problema-.

Ray logró ver el letrero de la rueca de Maléfica por lo que la señaló.

-La rueca de tu Madre puede ser útil .

-O más bien inútil-.

-Es mágica no tiene que verse siniestra, mágica amiga llegó la hora que mi víctima se duerma ahora-.

La rueca no pareció hacer nada por lo que los chicos comenzaron hacer bromas sobre ello.

-Impresionante-.

-Que susto-.

-¿Cuánto tarda en hacer efecto?-.

-Silencio-agregó Evie.

-Pincha su dedo, pincha y quema, que mi enemigo, luego se duerma-.

Dicho esto el hombre se levantó de su silla para dirigirse a la rueca de Maléfica y colocar su dedo en la punta de esta, enseguida, este se recostó cayendo en un profundo sueño.