yours ⁞ pondphuwin

08. viejos sentimientos, nuevos miedos

El techo de madera encerada se ve aburrido a los ojos de Phuwin. Se despertó hace media hora, pero no quiere levantarse de la cama. Winny llamó varias veces, seguramente preguntándose qué carajos pasó luego de que le cortara la llamada.

El delgado dedo acaricia suavemente sus labios húmedos, recordando ese roce divino, el beso más increíble que le regaló su maldito crush.

Cristo, ¿Cómo se supone que miraría a Pond a los ojos? Se rueda para estar panza abajo y grita contra la almohada.

—¿Estás enloqueciendo?

La piel de Phuwin se eriza y mira a su hermano parado en el marco de la puerta de madera con el ceño fruncido. Olvidó por completo que New volvía a casa después de visitar a su amigo (medio planeta sabía de quién hablaba), y dejar la puerta abierta en su presencia no era buena idea.

El Tangsakyuen mayor siempre fue demasiado metiche en la vida social, personal y sentimental de su hermano pequeño.

Siendo los únicos hijos de la familia Tangsakyuen, eran súper unidos entre sí. Toda la escuela conocía a New como “el hermano defensor” por algo. Phuwin fue tímido y algo callado al comenzar la escuela a la edad de siete años, pero siempre recordó que una pequeña multitud lo animaba a hablar y eran amables con él, después supo que fue orden de New. Ciertamente, siempre lo ayudó y alentó su vida en la adolescencia.

—No, solo... Estoy emocionado por escucharte cantar, Tay me dijo que estabas en su banda —encuentra rápidamente una buena reacción para quitar las preguntas incómodas de su hermano.

New se tensa, tomándolo de sorpresa, y Phuwin suspira aliviado antes de lanzarse a New y abrazarlo.

—Vamos, vamos, canta para mí —chilla como un niño pequeño.

New se ríe después de un momento, abraza a su hermanito y bajan a comer algo cuando el mayor se queja por comer solo.

En todo el día no recibió una sola llamada de Winny, y ni una noticia sobre el chico que revolvió su mundo con un beso.

El día estaba despejado y un lindo sol calienta la piel expuesta de sus brazos y piernas, Phuwin camina lento y relajado hacia su facultad de arte sabiendo que llegara temprano, hasta que alguien se cuelga por sus hombros, no necesita mirar hacia atrás para saber quién es.

—Tú...

La característica risa de su amigo se oye y se alinea a su lado para caminar juntos hacia sus clases.

—¡Idiota, eso debería decirte yo!

Ambos llegan a su clase, el cuál fue rápido. Media hora que poco escucharon lo que el profesor decía, más ansiosos por la conversación que tendrían después de acabar la clase.

—Cuentame absolutamente todo, ya —dice, después de sentarse en una banca al aire libre.

Phuwin se sonroja con el golpe de recuerdos a su memoria, y empieza a contar absolutamente todo lo que sucedió en esa cita. Desde que llegó Pond a su casa sin emoción alguna hasta cuando invitó a otro chico a su cita y después el terrible beso que desintegró todas sus neuronas.

—¿Fue bueno?

—¡Oye! —golpea el brazo de su amigo con ofensa, pero sigue hablando mientras se sonríe disimuladamente —fue perfecto, lo amé tanto... pero no se merece que desee más de él.

¿O sí?

Phuwin hace una mueca molesta, el beso no borró automáticamente lo imbécil que fue antes, Phuwin seguía enojado con Naravit. Si tan solo pudiera despreciarlo un poquito...