11 | Ally

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Habían pasado tres días desde su absurda "pelea" ni siquiera sabia si podían llamarla así

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Habían pasado tres días desde su absurda "pelea" ni siquiera sabia si podían llamarla así.

Lexi no le había enviado ningún mensaje a la puertorriqueña y ni lo había intentado o considerado.

Mientras que Tori se debatía cada día si debía enviarle mensaje o no. Hasta que finalmente se armo de valor y se paro delante de su airbnb.

Toco la puerta y espero moviendo su pie nerviosamente.

La puerta fue abierta pero no por quien esperaba.

—Hola Vicky— Pato la saludo con un beso en la mejilla, tenia una pijama de hello kitty a las 3pm.

—Hello Pat— saludo rascando su nuca.

—Oh, buscas a Lex, ¿verdad?— preguntó con una sonrisa.

—Uhm si... ¿ella esta?— preguntó con vergüenza.

—Si, pasa, deja le hablo a la wey— sonreí asintiendo, parándome en su cocina que era lo primero que se veía al entrar.

No quería entrar mas allá, no quería invadir nada mas, sobre ella.

Escuche unos pasos detrás mío y voltee encontrándome con la castaña de cabellos cortos mirándome.

Llevaba unos pequeños shorts cortos de algodón, un top blanco con la imagen de Flynn Rider en ella y sus pequeñas botas con peluche.

—¿Qué haces aquí?— preguntó cruzando sus brazos encima de su pecho.

—Quiero hablar contigo— la platinada metió sus manos en los bolsillos de su pantalón.

—Yo no— Victoria rodó los ojos cansada de esta situación.

—Pues yo si y vamos a hablar— tome su brazo sin lastimarla y la saque de su airbnb.

—¿Qué te pasa Victoria, no me toques— la ojiverde se quito de su agarre molesta.

—Deja de comportarte como una niña y habla conmigo— Lexi le rodó los ojos en su cara, sin molestarse en disimular.

Para ser sincera Victoria no sabia de donde estaba sacando tanta fuerza para hablarle firme, siempre que iba a intentarlo, no podía tenía esos ojos que la hacían ceder a lo que la chica digiera.

—No tengo nada que hablar contigo— se cruzo de brazos nuevamente.

—Escúchame— dijo la platinada.

—No debi reclamarte, pero me molestó que te fuera' sin avisa' y que luego me contestara' tan...tan así— lo peor de todo es que ni le había molestado.

Se había puesto triste, la había lastimado.

—Si no debiste— fue lo único que contestó.

Me quedé mirándola, intentando leer su mirada. De todo lo que había dicho ella solo se había centrado en lo menos importante.

FINA | young mikoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora