Todo lo que necesito † [→TordTom←]

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Ambos chicos se dirigían a dónde habían quedado... Tord conducía, mientras que El de cuencas cambiaba la estación del coche para que no estuviera el silencio... Dejo sonando una canción al azar de la radio.

Tom estaba centrado en sus pensamientos... Tenía un mal presentimiento, no sabía exactamente de que, ¿Está salida estaba bien? ¿Haber salido fue bueno? No podía pensar, o deducir la causa de esto... Pero estaba algo incómodo, e incluso ansioso... Intento no centrarse en eso, volteo a ver a Tord... Este estaba centrado en el camino, noto que su ventana estaba abierta, eso explicaba porque el humo del cigarro de este no llenaba todo el carro.

— Por cierto Tord... — El de cuencas rompió el silencio — ¿Me puedes recordar cómo se llamaban tus amigos? Recuerdo quienes son, pero... Sinceramente sus nombres no se quedaron en mi cabeza— dijo el de cuencas un poco avergonzado...

— Paul y Patryck... Es complicado explicarte... Realmente no son mis amigos amigos... Ellos me criaron y eso.— Dijo el de cuernos... Un tanto incómodo por no poder expresarse correctamente. — Hace una semana los visite...

— Oh... Estabas con ellos, creímos que te habías perdido o algo así — Tom dijo con una pequeña risita.

— Que bueno que se preocuparon por mi. — dijo el noruego con sarcasmo, siguiéndole la risa...

Después de un largo camino lleno de bromas e intentos de acercamiento de parte del de cuernos, por fin llegaron al lugar esperado...
Estacionaron el coche fuera de la casa, Tord dejándoles un mensaje para que fueran a recibirlos... Los amigos del noruego salieron con una gran sonrisa por ver al chico... Notaron a su vez a su acompañante, viéndose mutuamente... Trataron de ser amables saludando a ambos con un abrazo...

— ¡Tord! Que gusto tenerlos aquí... Tom ¿Recuerdo bien? — Dijo amable Patryck, ofreciendo su mano. Él era un chico alto y delgado, tenía el cabello castaño bastante oscuro, un poco largo, peinado con una simple coleta. Usaba un suéter rojo, que hacía juego con el de el otro chico. Paul, a diferencia del antes mencionado este era un poco más bajo, tenía cejas pronunciadas, su cabello era corto, castaño, y algo descuidado.

El mencionado sonrió un poco apenado... — ¡Si, si! Soy Tom... — Dijo, al fin estrechando su mano un tanto nervioso ¿Por qué? Simplemente no le gustaba conocer gente nueva... Solo sabía lo poco que su amigo le había contado de ellos... Y no solos hablar mucho sobre ellos.

— ¡Claro! Tord nos cuenta bastante de ti ¿Cierto Paul? — Dijo el de coleta con una sonrisa, el mencionado asintió, haciendo que el noruego se pusiera algo nervioso...

— Hablo de todos ustedes Thomas... — dijo mientras su nerviosismo se notaba, haciendo que sus amigos rieran un poco, incluído Tom, aunque parecía más estar confundido.

— No te preocupes Tord... De hecho es algo lindo que hables de mi. — dijo sonriente el de cuencas dejando al mencionado un poco paralizado de los nervios, los hombres dándose cuenta de esto rieron más.

— Bueno chicos... Vamos al patio, entren, es su casa. — Dijo Paul con una actitud firme pero abierta a la vez. Los invitados pasaron al mencionado patio, era grande, en el costado de la entrada se encontraba una mesa y banca sobre una cuarta parte del patio cubierta de concreto, con un techo decorativo de madera, que tenia luces colgadas, de un color naranjo y tono cálido. Lo demás del patio solo era césped y alguna que otra planta, pero lucía más el árbol esquinado en el fondo.

— Su casa es muy bonita — Dijo el de cuencas con una sonrisa calida.

— Gracias Tom, siéntense si gustan, la comida la traerá Patryck. — Dijo el castaño prendiendo un cigarrillo, esperando a que hicieran lo que les pedía. — Por cierto, niño... Pat quiere hablar contigo. — dijo antes que el noruego se sentará a lado del de cuencas. Quedando un poco extrañado, sobre todo Tom "¿Niño?".