Capítulo 1

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Arizona

Tengo un sueño recurrente... Soy una niña sentada con mi mamá y ella canta para mi.
Siento la calidez del sol sobre mi piel y la seguridad de sus brazos rodiandome.

Quiero quedarme ahí.

Para siempre.

Pero... Al despertar extrañó el sueño, deseo muchísimo que el sueño fuera real, pero eso sería imposible porqué mi madre murió cuándo era muy pequeña y no puedo salir al sol.

O sea, para nada, tengo una enfermedad genética rara llamada Xeroderma Pigmentosum o XP qué en diferentes palabras es sensibilidad a la luz solar.

Si el sol tocará mi piel me daría cáncer de piel, mi cerebro fallaría y podría morir.
Es divertido ¿no?

Así que pasó todo el tiempo en casa tras ventanas especiales, con mi papá. Qué definitivamente es el mejor papá del mundo, por fortuna porque en mi infancia los niños era... Como siempre son.

Crueles.

—No es cierto.

Dijo una niña.

—Sí, es un vampiro y por eso tiene ventanas especiales pero tranquila, no puede atacarnos de día pero de noche, no te acerques ni por error.

Le respondió la otra niña, mirando mi ventana.

Pero... No todos me tenían miedo.

Una pequeña pelirroja tocó el timbre de mi casa y mi padre salió a ver quién era.

—¿Qué le pasa a Arizona? —Preguntó curiosa.

Mi padre solo suspiró.

—Tiene algo llamado XP, o sea que la luz del sol le hace mucho dañó. Así qué no puede salir al sol.

La niña solo se quedó mirando a mi papá por un buen tiempo.

—Yo tampoco puedo estar mucho tiempo en el sol ¿Puede jugar de noche?

—Sí pero...

—Hasta la noche entonces —Sonrió y empezó a bajar las escaleras de mi casa hasta que se detuvo. — Oh, me llamó Addison y adoró la pizza.

Mi padre solo le dio una sonrisa y la vio irse. A partir de entonces fue mi mejor amiga y fuimos, mi papá, Addi y yo.

Hasta que un día

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Hasta que un día... Vi a Callie y con eso bastó, quedé completa, total y absolutamente flechada. Aunque la veía a diario por mi ventana y sí, se que es acosador. Pero aún así ella no tenía idea de mi existencia.

Con el tiempo, ver pasar a Callie se convirtió parte de mi rutina, junto con citas médicas constantes... Dormir de día y vivir de noche.

Según entiendo, es normal en algunos adolescentes y también tocó la guitarra cada qué puedo.

Dentro de lo que cabe mi vida me parece genial, pero sigo aferrándome a mis sueños, aunque sean imposibles.

𝘈𝘮𝘰𝘳 𝘢 𝘮𝘦𝘥𝘪𝘢 𝘯𝘰𝘤𝘩𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora