Capítulo 2

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Arizona

Me encontraba en mi habitación, tirada en mi cama, estaba mirando la graduación de Callie y se preguntarán ¿Por donde lo estoy viendo? Fácil, su escuela tiene una cuenta en instagram, la cual está transmitiendo en vivo la graduación de sus alumnos. Vi como Callie fue llamada para hacerle entrega de su diploma, ella en verdad se veía preciosa.

Sentí como mi puerta fue abierta con cuidado, vi entrar a mi padre con una toga puesta, un sombrero en su cabeza y otro en su mano, sonreí y cerré mi computadora.

—¿Qué disfraz es ese?

—Oh, toga y birrete, el cuartel académico siempre los usa. —Me dedicó una sonrisa y me entregó el sombrero que llevaba en la mano. —Aquí tienes.

—Gracias. —Dije poniéndolo sobre mi cabeza.

—Pero sobre todo ésto, es para ti. — Dijo mientras me entregaba un diploma, el cual se nota que fue hecho con una impresora de oficina. Mi pequeño problema no me permitió ir a la escuela, así que mi padre me educaba en casa. — Y como mejor estudiante de tu generación, debes dar un discurso ¿Sí?

—Amm sí —Sonreí e hice la imitación de alguien colocándose unos lentes, mi padre solo soltó una carcajada. — Primero quisiera dar las gracias a mi director y a mi maestro de español.

—Gracias.

—A mi maestro de francés e inglés.

—Merci, thank you.

—Pero quiero qué quedé claro qué mi maestro de educación física no tenía ninguna idea de lo que estaba haciendo.

—¡Oye, qué mala!

Ambos reímos un poco, mi padre se sentó a mi lado y me entregó un pequeño sobre, el cuál abrí y encontré una pequeña tarjeta que decía "Feliz graduación" con un oso vestido de toga.

—Es una de las cosas más patéticas que he visto en años.

Dije riendo, mi padre hizo lo mismo al instante y con una sonrisa habló.

—¡Sí! Fui a tres tiendas para encontrar algo así.

—Digo, es horrible.

—Muy horrible.

Mi padre se levantó de nuevo y me miró.

—De acuerdo ¿lista para tu regaló?

—¿Tengo un regaló?

—Oh, claro que sí, es tu graduación.

—Se pone cada vez mejor.

Dije, mi padre caminó hacia la puerta de mi habitación, al parecer había dejado el regaló ahí. Note como lo tomó y lo acercó a mi, quedé boquiabierta y algo helada al verlo.

—Es la guitarra de mamá...

Mi padre la puso sobre mi cama y abrió el estuché con cuidado, al verla pasé mis dedos sobre sus cuerdas. La guitarra de mamá era hermosa, tenía flores por el cuerpo de ella.

—Oye... Se que es algo vieja y entenderé si quieres una nueva. —Mencionó al ver que no decía nada, sin pensarlo me levanté y me tiré sobre los brazos de mi padre, dándole un abrazó.

—¡Es preciosa, gracias!

Volví a mi cama y la saqué del estuché por completo, la coloqué sobre mi pierna y empecé a tocarla con cuidado.

Mi padre en todo momento se quedó mirándome con una sonrisa en su rostro.

—Eres idéntica a tu madre. — Se acercó a mi y dio un pequeño beso sobre mi cabeza, sonreí ante su comentario. — Tienes suerte porqué era ardiente.

—Qué asco.

Ambos volvimos a reír.

—Trata de dormir un poco mi pequeña.

Y con eso, salió de mi habitación.

Cómo dije anteriormente, debo dormir de día y despertar en la noche, toqué un poco la guitarra antes de acostarme a dormir.

——————

La noche llegó muy rápido, con algo de pereza me desperté y caminé hacía mi ventana, pues había mucho ruido.

Al asomarme vi a miles de adolescentes yendo al muelle, supongo que harían su pequeña fiesta de graduación y eso me desánimo un poco, ya que no podía ir a algo así.

Salí de mi habitación y fui al pequeño cuarto de las fotografías que toma mi padre, pues verán, el es fotógrafo. Al entrar lo vi sacando un foto mía de un pequeño plató que contenía un líquido que les daba color a las fotografías.

Mi padre ama sacarme fotografías, en esa salía mirando por la ventana de la sala.

—Esa es buena.

Dije acercándome y viéndola más de cerca, mi padre miró la fotografía un momento.

—Mm, aquí está algo raro. — Dijo señalandome, le di un pequeño golpe en el brazo y río.

Algo nerviosa me moví por el lugar observando las fotografías.

—Oye papá... Amm me preguntaba si podía salir a la estación del tren y tocar mi hermoso regaló.

Mi padre miró el reloj qué estaba en su muñeca.

—Ari, son las diez de la noche.

—Lo sé papá, pero por favor, en verdad quiero ir.

—Mejor llama a Addison y toca para ella y para mi.

—Papá, Addi está con su familia y me encanta tocar para ti pero necesito aprende a tocar para otras persona y Fred estará ahí, el me cuidará, por favor y hoy me gradué ¿No creés qué está bien llegar un poco tarde después de mi graduación?

Mi padre solo miró el techo un momento y volvió a mirarme con una sonrisa.

—Bien, tienes permiso hasta media noche. — Di un pequeño saltó de emoción y lo abracé. — Y me escribes cuando llegues allá porqué no llamaré a Fred, sino que iré yo mismo y te haré pasar tal vergüenza qué se volverá una leyenda urbana, porqué la hora de llegada de respeta.

—Te quiero.

Salí corriendo lo más rápido que pude a mi habitación, tomé la guitarra, mi cuaderno de canciones y salí hacía la estación del tren.

𝘈𝘮𝘰𝘳 𝘢 𝘮𝘦𝘥𝘪𝘢 𝘯𝘰𝘤𝘩𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora