Capítulo 11

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Arizona

¡Y me besó!

—¡Ahhhhhhh!

Addison corrió por toda mi habitación mientras sostenía una almohada en sus brazos mientras yo me reía de su reacción. Ayer, al acabar la fiesta, Callie me trajo a casa y me dio un beso muy pequeño de despedida, incluso me pidió volver a salir algún día y torpemente solo respondí un "Eso espero" y entré a casa.

Por suerte, mi papá me vio entrar a casa muy feliz, porque sí, sí me espero. Pero al verme tan feliz solo me dio un abrazo y me dejó subir a mi habitación sin ningún interrogatorio de por medio.

—Un momento. —Dijo Addison mientras frenaba en seco y me volteó a ver. —Ella ya sabe sobre...

—No.

—Ari, corazón.

Dijo con tristeza mientras se acercaba y se sentaba a mi lado.

—Debes decirle.

—Lo sé... Solo déjame disfrutar un poco más... Es Calliope Torres, mi primer amor y siento que al relevarle mi enfermedad... Ella solamente se irá, le daré asco.

Miré mi manos con algo de tristeza, las lágrimas estaban amenazando por salir y no podía controlarlo.

—Oye... No conozco muy bien a Callie, pero se que no haría tal cosa y si por alguna razón se aleja, ella es quién se lo pierde. Ari eres asombrosa y jamás he conocido a una chica tan torpe como tú.

Al terminar de hablar Addi revolvió mi cabello logrando hacerme reír.

—Tal vez tienes razón...

—La tengo.

Le dediqué una sonrisa a Addison y le di un corto abrazó, ella me lo devolvió con gusto y me miró.

—Por otro lado... Yo hice algo... Mmm ¿cuestionable? En la fiesta.

—¿Tuviste sexo?

Pregunté.

—¿Qué? ¡No! Es solo que... Promete no reírte.

—Lo prometo.

—Yo... Me besé muchas pero muchas veces con Mer.

—¿Mer? Te refieres a...

—¡Sí! Alta, rubia, nerd, esa.

—¡Oh, por Dios! Addi eso es asombroso.

—¿Lo creés?

—Ella es una chica muy linda y se nota que te quiere, tal vez puedan llegar a tener un futuro muy adorable juntas.

—¿En verdad piensas eso?

—Con todo el corazón.

Después de esa plática, Addi y yo seguimos conversando sobre diversos temas, hasta que se me ocurrió bajar a la cocina por un poco de agua, donde encontré a mi papá cocinando.

—Cariño, ¿Podemos hablar?

—Claro papá.

—Ayer no me contaste porque llegaste tan feliz de la fiesta... ¿Pasó algo interesante de lo que yo no esté enterado?

—Yo... Amm...

Mi papá solo cruzó sus brazos sobre su pecho y me miró, Dios.

—Papá, ¿podemos hablarlo en otro momento? Por favor, estoy con Addison.

—Está bien señorita, pero debemos hablarlo.

—Gracias por entender papá.

Me acerqué a mi padre y le di un pequeño beso en la mejilla, tomé un vaso de agua y subí a mi habitación.

𝘈𝘮𝘰𝘳 𝘢 𝘮𝘦𝘥𝘪𝘢 𝘯𝘰𝘤𝘩𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora