Capítulo 5

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Arizona

—¿Qué tu gato murió? ¿Es en serió? Ni gato tienes.

—Lo sé Addi, fueron... Los nervios.

Addison solo se burló.

—¡Mujer! Literalmente acosas a Callie desde qué tienes 8 años y al tener la mínima oportunidad de hablarle, le dices qué harás un funeral para un gato que hello, no existe. Te creerá una loca.

Tomé una almohada y di un pequeño gritó ahogado en ella, estaba tan frustrada conmigo misma por ser tan torpe y quedar como una imbéciles al frente de la chica que me gusta.

—Oye — Escuché decir a Addi mientras se sentaba conmigo en la cama, ya que ella estaba sentada en una silla. — ¿Quedaste como una tonta? Sí, no te mentiré, pero así empiezan las mejores películas de romance.

—No ayudas.

Dije mientras sostenía mi guitarra y pasaba mis dedos sobre sus cuerdas, Addi solo se burló de mi desesperación mientras comía Doritos.

—Se positiva, puedes escribir una canción sobre ella. Así empieza Taylor Swift, escribe canciones sobre sus ex's novios, tú puedes ser como ella solo qué en versión lesbiana.

Rodé los ojos casi de inmediato, pero las palabras de Addi se quedaron en mi mente, escribir... Carajo.

Me levanté de golpe y empecé a mirar debajo de la cama y en todo mi cuarto.

—¿Qué estás buscando?

—Oh, no, no, no, esto es malo.

Dije poniéndome las manos sobre la cabeza, Addi me miró confundida.

—¿Qué?

—Deje mi libreta en la estación del tren ¿Puedes ir a buscarla? Es muy importante para mi.

—Mmm, podría hacerlo.

—¿En serio?

—Pero me temo que no puedo, debo organizar el funeral de un gato.

Dijo soltando una carcajada, tomé la almohada más cercana y se la tiré.

Addison

Pasé todo lo que restaba de la tarde en casa de Ari, morí de risa al escuchar su encuentro inesperado con Calliope. Cuándo se hicieron las siete de la noche decidí ir por libreta de Ari. Al llegar a la estación pude notar que estaba vacía, mucho mejor.

Caminé hasta la banca en la qué Ari me dijo qué se había sentando, miré debajo de ella para ver si tenía suerte y encontrala, pero no fue así.

Suspiré pesadamente y empecé a mirar a mi alrededor, hasta que vi a la mismísima Calliope Torres y adivinen, con la libreta de mi amiga en sus manos.

Al parecer estaba buscando a alguien ya qué miraba a todos lados, están discreta como una bomba.

Me acerqué a ella y hablé.

—Hola, oye esa libreta es de mi amiga.

Callie me miró algo sorprendida.

—¿Addison?

—La misma, ahora, dame la libreta.

—Alto ¿Conoces a la chica?

—Es mi mejor amiga.

—¿Por qué yo no la conocía?

—La libreta Calliope.

—No, se la quiero dar yo.

𝘈𝘮𝘰𝘳 𝘢 𝘮𝘦𝘥𝘪𝘢 𝘯𝘰𝘤𝘩𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora