Capítulo 7

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—Por favor señor Robbins.

Addi y yo teníamos quince minutos rogándole a mi padre para qué me diera permiso, cada que le dábamos una razón por la cual debe dejarme ir, decía alguna cosa como "Mejor hagan una pijamada" o "Podemos pasar la noche viendo películas los tres, les haré de comer."

—Papá, por favor. —Pedí, ya me estaba aburriendo dar tantas vueltas al tema.

—Cariño entiéndeme, no creó que sea buena idea.

—Papá, sabes que soy buena chica y qué no haré nada malo, por favor, nunca he ido a una fiesta.

Tanto Addi como yo hicimos nuestra mejor carita de niña adorable mientras hacíamos temblar levemente nuestro labio, mi padre dio un suspiró y habló.

—Bien, tienes permiso hasta las tres.

—¡Gracias, papá!

Le di un abrazó y tomé de la mano a Addi.

—Gracias señor Robbins.

Y con eso, subimos a mi habitación.

—Ahora, sigue la ropa.

—Pero si faltan solo tres horas.

—Dios, es súper tarde.

Y ahí empezó la búsqueda del vestido perfecto, no les mentiré, duramos una hora con veinte minutos exactos para encontrar el vestido perfecto, quería verme linda para Callie.

Después de tanta busqueda, lo encontramos. Un vestido azul cielo precioso qué jamás había usado en mi vida.

Al final, Addi y yo nos encontrábamos listas justo a tiempo, por último le di un último vistazo al espejo qué se encontraba al frente de mi.

—¿Creés que a Callie le gusté?

—La dejarás embobada.

Sonreí ante la idea... En verdad quiero que todo salga perfecto.

Por otro lado, Addi llevaba un vestido de color rojo, uno muy pegado y cortó.

Tomé una chaqueta y salí junto a Addi, ella me pidió hacer algo para mostrarle el resultado final a mi padre, ya qué nunca me he arreglado tanto y la idea me encantó.

—Señor Robbins.

Dijo Addi para llamar su atención, el estaba de pie en la cocina, de inmediato prestó atención.

—Con ustedes les presentó a Arizona Robbins.

Y al terminar de decir eso, bajé las escaleras. Mi padre jamás apartó su mirada de mí.

Me miraba con una mirada nostálgica y una sonrisa de orgullo, al llegar al final de la escalera el se me acercó.

—Te ves preciosa.

—Gracias, papá.

—Eres igual de linda qué tu madre.

Sonreí al escuchar eso, casi de inmediato sentí como plantó un beso en mi frente.

Addi y yo nos despedimos de mi padre y salimos de casa, Addi tiene su propio auto así que llegamos en un abrir y cerrar de ojos.

Addison

Al llegar a casa de Meredith no vi ningún rastro de adolescente locos, drogados o borrachos lo cual me pareció extrañó, tampoco se escuchaba una música fuerte, solo una muy baja.

Ari y yo bajamos del auto, nos acercamos a la puerta y llamé.

—Oh, hola Addison.

—Como sea.

Dije pasando por su lado y entrando.

—Hola Arizona.

—Hola Meredith.

Empecé a mirar a mi alrededor y solo pude ver a Lexie, Amelia y Cristina, las cuales son las mejores amigas de Meredith, pero no había absolutamente nadie más.

—¿Donde están los demás?

Pregunté.

—Pues... No vendrá nadie más, no tengo tantos amigos. —Se defendió Meredith.

—¡Meredith, carajo! Vendrá Calliope Torres...

—Pues, yo creó que es muy cool.

Dijo Arizona mientras miraba los globos qué estaban a su alrededor.

—No, calla. —Meredith le dedicó una sonrisa mientras la señalaba. —Dejala en paz, ella jamás ha estado en una fiesta así que no su opinión no cuenta.

—Addison, cálmate, no están malo.

—Meredith... Por lo menos di qué tienes alcohol.

—Pues... Sí.

Di un pequeño suspiró al escuchar eso, el cual me tuve qué volver a tragar.

—De hecho no, me vendieron un barril y no sabemos cómo abrirlo.

—¡Carajo!

Grité desesperada, qué vergüenza con Calliope.

—No, Arizona y yo nos largamos.

Tomé de la mano a Ari y salimos de la casa, todas las chicas venían detrás de nosotras pero por desgracia, no pudimos alejarnos.

Ya qué un carro de color negro estaba al frente del mío, dejando ver a Calliope Torres saliendo de él.

—¿Calliope Torres en mi fiesta? Wow.

Dijo Meredith.

Tapé mi boca con mi mano izquierda al ver qué ya no teníamos escapatoria.

Ella se acercó con una sonrisa leve pero al ver a Arizona, definitivamente se agrandó y brilló más.

—Te ves hermosa.

Dijo al estar frente a ella.

—Muchas gracias, tú también te ves muy linda.

Respondió con ese notable nerviosismo.

Amelia, Lexie y Cristina se metieron entre ellas, diciéndole a Callieope qué se sentará en alguna de las sillas que estaban ahí afuera.

Y pensé ¿ésto podría ser peor?

Pues sí.

Vi como Meredith le entregaba un plató de carne con chile a Calliope.

—Oh, carne con chile. —Dijo sorprendida, ¡claramente no sé da eso en las fiestas! —Muchas gracias.

Comió un poco y volvió hablar.

—Está delicioso.

Las chicas sonrieron mientras qué yo moría de la vergüenza. Por otra lado, Arizona estaba como tonta mirándola.

Definitivamente no sabe disimular.

Pasó al rededor de media hora, todas estábamos en la terraza hablando de cualquier tontería hasta que Amelia habló.

—Yo vi qué la fiesta de Penny era hoy.

—Claro, por eso nadie vino a la mía.

Se quejó Meredith.

—Sí, por eso.

Susurré con un claro sarcasmo.

Y fue ahí, donde Calliope me empezó a caer aún mejor.

—¿Quieren ir?

Dijo mientra nos miraba, todas nos miramos entre si y aceptamos sin pensarlo.

Puede qué Penny sea una bruja, pero sus fiestas son las mejores.


𝘈𝘮𝘰𝘳 𝘢 𝘮𝘦𝘥𝘪𝘢 𝘯𝘰𝘤𝘩𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora