Ante la presión, Yuuji soltó la lengua. El rostro de Gojo pareció tornarse serio por unos minutos, sobre todo por la venda llena de misterio que les impedía a sus preocupados alumnos interpretar qué ánimo traía. Entonces, Megumi habló, al intuir que necesitaba salvar la situación, pero Nobara, creyendo que solo lo había empeorado a juzgar por el silencio, contuvo las ganas de golpearlos a los dos. No obstante, cuando la risa de su profesor comenzó a fluir, la tensión en el ambiente se aligeró.
—No te pases, Megumi —Gojo dijo pasándole la mano por la cabeza para despeinarle los cabellos—. Lo que dices es una de las cosas más tontas que te he oído decir. ¿Yo creando rumores sobre ustedes dos? ¿Por qué y para qué haría eso?
—A usted le gusta molestarme —Megumi le respondió—, lo hace todo el tiempo.
Gojo sonrió con diversión.
—Sí, pero perseguirlos y tomarles fotos es muy exagerado. Sabes que, como hechicero de grado especial y profesor, tengo una agenda muy recargada —le recordó—. No quiero que me creas, solo que lo analices. No estás siendo muy racional, Megumi.
Nobara presionó sus labios y se paró frente a Gojo para mirarlo, entrecerrando los ojos.
—No le creo —ella dijo—. Siempre se le da tiempo para fastidiar a alguien, pero ¿por qué a Fushiguro y a mí?
—Oigan, no soy el único chismoso en esta escuela, aunque juraba que ustedes dos eran pareja o al menos se gustaban. Si no es el caso, deberían tomárselo con calma. Los rumores son sólo eso y si no sienten nada el uno por otro, no tienen de qué preocuparse que ya pasará —Ensanchó su sonrisa—. O, a lo mejor, quieren revaluar lo que sienten.
Megumi no dijo nada, pero tampoco hizo falta cuando su propio cuerpo lo delató: la sangre subió rápidamente a su cara. Nobara se llevó la mano al pecho, sintiendo el bombeo de su corazón, acelerado, como si tuviera arritmia cardíaca, por lo que Gojo, al notar ambas reacciones, palmoteó las espaldas de los dos.
—Se me cuidan —les dijo y continuó su camino, alejándose con despreocupación.
Yuuji miró a sus amigos, con extrañeza, percatándose de que sus expresiones y posturas, en respuesta a lo dicho por Gojo, se mantenían aún.
—Creo que también debería dejarlos solos —dijo y salió detrás de su profesor.
—Eh... Esto ya no tiene caso —Nobara se acomodó el cabello detrás de las orejas—. De todas maneras —Se ruborizó—, gracias, Fushiguro.
Ella comenzó a avanzar, con una mirada de tristeza, cuyo porqué todavía no entendía.
—Kugisaki —Megumi la detuvo—, ¿y si vamos por un café? Tengo nueva "información" sobre Shoko y la profesora Utahime. Después podríamos ir de compras.
ESTÁS LEYENDO
Chismes y café┊FushiKugi
FanfictionFushiguro y Kugisaki suelen reunirse a compartir chismes y café, hasta que alguien, desde el anonimato, decide convertirlos a ellos en el centro de los rumores.