Nobara despertó al lado de Megumi y, aunque al principio le demoró tomar consciencia de lo que estaba haciendo, tan pronto como sus neuronas conectaron hasta hacer sinapsis, se separó del abrazo y gateó al lado opuesto de la cama para alejarse de él.
—Ya es tarde —dijo a Megumi, quien todavía dormía, y volvió a acercarse para comenzar a sacudirlo—. Busquemos a Mai.
Megumi abrió los ojos lentamente, hasta que descubrió el rostro de ella frente al suyo y rodó fuera de la cama, directo al suelo, estrellándose de cara.
—¡Fushiguro!
—Estoy bien —Él la detuvo, al verla acercarse—. Debo vestirme y tú también. ¿Quieres enfrentar a Mai Zenin en pijama?
Nobara negó con la cabeza.
—Cámbiate y nos vemos en el patio —volvió a decirle—. La buscaremos después.
Nobara salió y regresó a su cuarto, sigilosa para no ser observada, por lo malinterpretable de la situación. No había nadie a la vista, así que orientó su mirada al frente y continuó el camino como hubiese hecho en un día normal.
—Así que saliendo de la habitación de Megumi, eh, niña de primero —Mai Zenin apareció, justo cuando se disponía a entrar a su habitación—. ¿Qué estabas haciendo allí tan temprano? ¿Dormiste con él?
Nobara gruñó y volteó hacia ella, con las manos en las caderas y el mentón alzado.
—A ti qué te importa —le dijo y se le aproximó, desafiándola con la mirada, a pesar de la diferencia de altura y edad entre las dos—. No soy estúpida, Mai, quieres arruinarme. Están difundiendo rumores sobre mí y sé que tú tienes que ver con eso.
La estudiante de Kioto abrió la boca y le regaló un sonrisa medialunada, con la mano en la barbilla.
—¿Y yo por qué? —Mai se inclinó, presionando su cuerpo contra el suyo—. Fíjate que me interesa poco o nada tu vida —Desenfundó su pistola y la apuntó, pero una mano le impidió realizar cualquier movimiento adicional, al sujetarla con cierta fuerza.
—Aléjate, Zenin —Megumi dijo y la soltó—. Sabemos que eres tú la que ha estado esparciendo esos rumores malintencionados.
Mai retrocedió con una mueca dibujándose en sus labios.
—¡No sé de qué hablan! —Gritó y deslizó su mano sobre el tórax del hechicero, acariciándolo delicadamente con los dedos—. Megumi, no te dejes influenciar por esa tonta que está que juega contigo. ¡No te quiere, solo se está divirtiendo, así como hace con el recipiente de Sukuna! ¡Se aprovecha de los dos! ¿Acaso no sabes del pasado que tenía en Tohoku?
Una cachetada se estampó limpiamente en la mejilla de la gemela de Maki.
—¡Ahora sí vas a ver! ¡Te enseñaré a no meterte conmigo! —Nobara gritó y la tomó de su flequillo, entorsalándolo y tirando hacia abajo—. ¿Qué sabrás tú de mi vida en Tohoku?
Megumi sostuvo a Nobara, llevándola hacia atrás para desprenderla de Mai. Los dos retrocedieron chocando con una cuarta persona que acababa de entrar, advirtiéndoles de su presencia por un quejido agudo que ésta emitió ante el golpe.
—¿Nishimiya? —Nobara reconoció a la rubia que, apenas descubierta, se dio la media vuelta y empezó a correr en dirección opuesta—. ¡Está huyendo, Fushiguro! ¡Atrapémosla!
Sin que él pudiera decirle algo, ella se zafó de su agarre y salió detrás de la otra estudiante de Kioto. Mai, que se había quedado de pie e inmóvil, decidió correr tras Megumi que, a su vez, iba hacia Nobara.
Los otros alumnos que acababan de salir de sus habitaciones, intrigados por el ruido, no entendieron por qué Momo escapaba de Nobara; Nobara era peseguida por Megumi; y Megumi huía de Mai. ¿Acaso era una nueva técnica ritual?
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Chismes y café┊FushiKugi
FanfictionFushiguro y Kugisaki suelen reunirse a compartir chismes y café, hasta que alguien, desde el anonimato, decide convertirlos a ellos en el centro de los rumores.