Chismes y café┊FushiKugi

Horquilla

Megumi y Nobara inclinaron las cabezas hacia la derecha, achicando los ojos y haciendo muecas torcidas, a la par.

—Déjate de bromas, Zenin —Megumi dijo y retrocedió tomando la mano de Nobara para jalarla y colocarla a ella detrás de él.

Mai se llevó el dedo índice a los labios.

—Todo esto es verdad: tú eres mi primer amor —Insistió, con la mirada cargada de ilusión—. Por eso, me gustó tanto que le respondieras al idiota de Todou que preferías la personalidad, en lugar del físico femenino, y te mandé un beso. ¿Te acuerdas, Megumi? Desde ese día, te he estado espiando en redes, pero me afectó bastante darme cuenta de que últimamente pasabas mucho tiempo con la tonta esa. ¿Lo sabías? ¡¡Casi todas las fotos que publica son contigo!!

—¿Y qué? ¡Fushiguro es mi amigo! —Nobara se defendió, pero el golpeteo de su propio corazón, acelerándose, la hizo ruborizarse al instante como si hubiese dicho una mentira y su corazón la delatara a sí misma.

No, no era arritmia esta vez, sino una maldición. ¿Podría ser esa maldición a la que el profesor Gojo llamaba "amor"?

La Zenin sonrió con arrogancia.

—Niña de primero —Se inclinó hacia ella para observarla de cerca—, si Megumi solo es tu amigo, ¿no habría problema para ti que salga con él? ¿No? Tampoco es como si me importara tu opinión, pero si es que te molesta, lo disfrutaría más...

Nobara dio un paso al frente, en contestación, y le mostró los dientes.

—En verdad, aunque no estemos saliendo, sí hay un problema. ¡Muchos en realidad! —Alzó su martillo—. ¡¡Técnica de Muñeco Vudú: horquilla!!

El clavo lanzado por Nobara explotó cerca de Mai haciéndole arrojar el arma fuera de sus manos. Ella, al verse desarmada, se abalanzó hacia el martillo de Nobara y ambas forcejearon para quedárselo. Momo y Megumi trataron de unirse, cada quien con la intención de tomar un bando, pero fueron detenidos por otra horquilla que detonó en el piso.

—¡No se metan! —Nobara exclamó recuperando el control total de su martillo—. ¡Esto es entre ella y yo!

—Entonces decidiremos de una vez por todas quién se lo queda —Mai estiró los dedos para mostrarle sus uñas, largas y en punta.

—¿Y a ti qué demonios te pasa? —Nobara arrojó su martillo y volvió a coger el mechón verde de la otra—. ¡Yo solo quiero venganza! ¿Por quién me tomas? ¡Como Nobara Kugisaki, nunca me rebajaría a ese nivel! ¡Jamás pelearía por ningún hombre, sin importar qué tanto me guste! —Volvió a tirar del pelo de Mai—. Además, no te engañes que tú y yo sabemos que si Fushiguro eligiera a una de nosotras, obviamente sería yo. Me prefiere y no solo él, sino también, Maki.

—¡Con mi hermana no! —Mai logró deshacerse de Nobara, sacrificando parte de su cabello, y se estiró para levantar el martillo y contraatacar. 

Megumi intentó intervenir nuevamente, pero Momo extendió su brazo para cercarlo e impedirle avanzar. Mai estaba a tan solo centímetros de tomar el tomar el arma, cuando Nobara llegó a empujarla y la derribó en el suelo.

—Y así es cómo lo hacemos en Tohoku —le dijo, sentándose sobre ella, con una gran sonrisa.

Sin embargo, un inesperado grito le hizo saber que lo peor aún estaba por llegar.