Una vez que fueron llamados a pasar, Masamichi Yaga los recibió con una expresión de decepción profunda. Yoshinobu Gakuganji, el director de Kioto; Utahime Iori; y Satoru Gojo se encontraban en la oficina con él.
—Megumi, Nobara, esperen afuera —Yaga les ordenó y luego, dirigió la mirada hacia las dos estudiantes de Kioto—. Momo, Mai, salgan también.
Los cuatro dejaron a sus respectivos profesores junto a los directores y se dirigieron a las sillas, ubicadas en hileras a ambos lados del pasadizo. Una vez posicionada en un asiento, Momo empezó a cuchichear con Mai observando de a ratos a Nobara con los ojos achinándose repetitivamente, a causa de la risa, y una sonrisa malvada, por lo que ésta, sin perdonarles nada, se giró en su asiento hacia Megumi con una sola intención.
—Si mal no recuerdo, también tienes sangre Zenin —le dijo, sin previo contexto—. Obviamente lo tuyo con Mai no hubiese podido ser, a menos que sea cierto lo que se dice del Clan Zenin sobre la pureza del linaje...
—Ya cállate —Megumi musitó—. Qué asco.
—¿Por qué? —Nobara preguntó sin despegar la mirada de las otras dos—. Es bueno que Mai sepa que nunca tuvo oportunidad. Yo, por otro lado...
—¿Tú qué? —Mai se levantó—. Anda, niña de primero. Dilo.
Nobara se incorporó también y se colocó frente a ella, con una sonrisa engreída, desafiando a Mai, cuya vena en la sien parecía a punto de explotar.
—Niños —Entonces Gojo salió de la oficina, impidiendo, sin saberlo, un posible enfrentamiento entre las dos. Nobara y Mai regresaron a sus asientos, de inmediato, como si nada hubiese ocurrido—, hablamos con el director Yaga y, aunque intercedí por ustedes, Nobara y Megumi, tendrán un castigo. No será duro, eso sí, sino todo lo contrario porque hallarán diversión limpiando aula por aula en la escuela de Tokio. ¿No les parece entretenido?
Megumi y Nobara palidecieron y formaron muecas a la vez. Momo y Mai rieron intercambiando miradas de complicidad y victoria.
—No tan rápido que ustedes también recibirán el castigo —Utahime las detuvo.
Cuando iniciaron las quejas de las de Kioto, entre súplicas y llanto, Nobara rió fuerte sintiéndose nuevamente vencedora.
—Todos ustedes deberán aprender a ser responsables de sus actos —Utahime añadió—. ¿Quedó claro?
—Sí, profesora.
—¿Quedó claro, Gojo? —Utahime se volvió hacia el otro hechicero que no había dicho palabra al respecto—. ¿Gojo...?
—Lo que digas, Utahime. No importa.
—¡Respetame que soy tu superior!
Al notar que el ambiente entre la profesora de Kioto y su profesor Gojo comenzaba a tornarse tensa, Megumi y Nobara optaron por alejarse.
—En fin, limpiar aulas no me agrada —la hechicera comentó—, pero supongo que es lo que gano por defender mi honor y el de mi amigo. ¿Y tú qué piensas de esto, Fushiguro?
—Supongo que limpiar no está tan mal —Megumi mencionó.
Nobara sonrió con diversión.
—Eres muy organizado, no te será difícil —Ella se ruborizó y subió la nariz—, pero yo hablaba de Mai... ella... ¿Te interesa...? ¿También crees en el linaje y esas tonterías de clanes?
—No digas tonterías, no soy Zenin y apenas y la conozco —Megumi replicó y tras un suspiro sonoro, bajó la cabeza y se estiró para tocarse su hombro izquierdo—. Además, a mí ya me interesa otra persona.
—¿Otra persona? —Nobara sintió una punzada que trató de disimular con otra sonrisa—. Hala, Fushiguro, eso no me habías dicho. ¿Dónde está la amistad? Espero que no se lo hayas dicho a Itadori aún, que eso sí me dolería mucho. Quiero ser la primera en saber. ¿De acuerdo? Dime, ¿cómo es ella? ¿La conozco? ¿Es linda? —Arrugó el mentón—. ¿Más linda que yo?
—Sí... es linda —Megumi respondió—, pero no más que tú.
"Porque eres tú" quiso añadir, pero la voz de Gojo impidió que lo dijera o Nobara lo llenara de preguntas.
Su profesor les movió la mano para que lo acompañaran al aula donde comenzaría su castigo junto a Momo Nishimiya y Mai Zenin.
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Chismes y café┊FushiKugi
Fiksi PenggemarFushiguro y Kugisaki suelen reunirse a compartir chismes y café, hasta que alguien, desde el anonimato, decide convertirlos a ellos en el centro de los rumores.