Sabio solo Todou

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Las facciones del rostro de Nobara se dibujaron frente a Megumi, que acababa de abrir los ojos. Él se estiró, inconscientemente, descubriendo una venda alrededor de su brazo que era una de las tantas que cubrían su cuerpo.

—Ten cuidado —Nobara le advirtió—. Shoko te ha curado, pero no deberías hacer movimientos tan bruscos después de la paliza que te dio Todou.

La puerta de la habitación chirrió, desviando la atención de Megumi, y el profesor Gojo ingresó con una sonrisa.

—Vaya, Megumi, si que te usaron como saco de boxeo —Observó, a pesar de los ojos cubiertos—. Deberías esforzarte más en combate físico. Eres alumno del profe Gojo y no te puede ganar un alumno de Utahime, por más poderoso que sea. Afortunadamente, que no te defendieras evitó que pasara a mayores. Utahime estaba muy enojada y con sed de venganza. ¿Te imaginas lo que hubiese hecho si le respondías el golpe?

Nobara formó una mueca.

—Quise golpear a Todou con mi martillo, pero me detuvo la profesora y, como no podían culparme por algo que no hice, Nishimiya y Mai me acusaron de esparcir chismes en esa página que administran las dos. ¿Puedes creerlo? Tuve que admitir que tú y yo chismeábamos en nuestras salidas, pero negué ser yo la creadora de "Chismes Malditos" —Abrió la boca y le mostró una medialuna como sonrisa—. Por suerte, las dos son tan tontas que le enseñaron a Utahime el perfil de su página desde el celular de Mai y no se percataron de que la cuenta estaba abierta. Lo más gracioso fue que ella encontró una foto fuera de contexto de ella y Gojo y terminó enojándose con ambas. Casi las mata.

Mientras reía, y Megumi la miraba con un leve y naciente rubor, Yuuji entró a la habitación.

—Así que ya estás mejor. Nos tenías muy preocupados, Fushiguro —le dijo y volteó a mirar a su amiga, sonriente—. En especial, a Kugisaki que casi no duerme ni come por quedarse contigo. Estuviste inconsciente por casi dos días.

—¿Dos días?

—¡Cállate, Itadori! —Nobara lo golpeó en la cabeza—. ¿Por qué tienes que decir tantas estupideces juntas?

—Pero es verdad —Yuuji se quejó haciendo un puchero—, yo hubiera hecho lo mismo por él si no estabas tú. Que no te dé pena, Kugisaki. Como sea, ahora que estás mejor, Fushiguro, hay alguien que quiere disculparse contigo. ¡¡Todou!!

Megumi se quedó frío y Nobara sujetó su martillo, aún sin sacarlo del cintillo. Aoi entró, obedientemente, con la cabeza abajo.

—Solo me disculpo por la felicidad de mi bro —él aclaró y se arrodilló frente a los tres—. Megumi Fushiguro, admito que le creí ciegamente a Mai porque es una fiel admiradora de mi Takada  y una admiradora de mi Takada siempre habla con la verdad. No te merecías un golpe por chismear de Takada, ya que no lo hiciste, sin embargo, mereces más por chismear de los otros en compañía de Kugisaki y por tú mal gusto en mujeres —Se abalanzó a sus hombros y lo zarandeó, pese a que Megumi todavía estaba convaleciente—. ¿Carácter inquebrantable? ¿Qué porquería es esa?

Nobara y Yuuji lo sujetaron de ambos brazos, tratando de quitarlo de encima de Megumi, en tanto Gojo sacaba su celular para tomarles fotos con un flash cegador.

—Todou, prometiste que no lo lastimarías —Yuuji le reclamó.

Aoi sorbió su nariz como si estuviese conteniéndose para no llorar.

—Perdóname, mejor amigo, es que a veces es difícil comprender el mal gusto de los demás —explicó y se volvió hacia Megumi—. Fushiguro, te lo diré una sola vez y solo porque eres amigo de mi bro: a futuro, ten presente que lo que uno piensa sobre alguien se dice en la cara de ese alguien  y no a sus espaldas. Tampoco es de personas inteligentes dejarse llevar por los chismes, creándolos o difundiéndolos porque los chismes solo hablan mal de uno mismo y nos hacen perder credibilidad ante los demás. La credibilidad es muy importante entre los hechiceros porque es frecuente que trabajemos en equipo. Si tienes una gran imaginación, como para crear historias sobre otras personas, que sea para provecho y no malgastes energía y tiempo en tonterías —Estiró su pesada mano y le palmoteó la espalda haciéndolo temblar—. Bueno, espero que hayas aprendido tu lección, amigo de mi mejor amigo. Bro, ¿iremos a ver a Takada?

—Claro que sí —Yuuji respondió y levantó su brazo—. Chicos, los veo al rato. Sigue mejorando, Fushiguro.

Gojo se dio la vuelta, con el celular aún en su mano, y salió detrás de ellos.

—Cuídalo, Nobara —le dijo antes de salir.

La chica asintió y regresó a sentarse en la silla que estaba al lado de la cama de Megumi, donde se había quedado esos dos días, para recostarse con cansancio. Él solo la miró, admirando esa fuerza que ella había demostrado para atacar a Aoi Todou y mantenerse a su lado hasta que despertara.

Tan persistente, tan firme, tan... inquebrantable.

De pronto, ya no tuvo más dudas sobre lo que sentía hacia Nobara.

—¿Mantendremos nuestras tardes de chismes y café? —le preguntó.

—Obvio —ella dijo, arrugando la nariz, fingiendo haberse ofendido—. ¿Por qué no lo haríamos?

Chismes y café┊FushiKugiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora