El mejor profesor

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Nobara se levantó rápidamente encontrándose con los profesores Gojo e Iori. Ésta última, responsable del grito, corrió hacia Mai que yacía desparramada, despeinada y rasguñada, en el suelo como si la hubiese atacado una grado especial.

—¿Quién fue? —le preguntó, mientras la tomaba de los brazos para ayudarla a incorporarse.

—Nobara Kugisaki, profesora —Momo respondió apuntando con el dedo a la acusada.

La mirada seria de Utahime se posó en Nobara, quien trataba de esconder detrás de su espalda, la mano en la que sostenía un ovillo verdoso conformado por los cabellos que le había arrancado a Mai.

—¿Cómo es posible esa clase de comportamiento entre estudiantes? —Utahime soltó un gruñido y después, volteó hacia Satoru para dirigirle toda la rabia contenida en sus ojos—. ¡¡Satoru Gojo!!

El profesor rio con naturalidad, esbozando una de esas sonrisas propias de él que tanto odiaba su colega.

—Calma, Utahime, las niñas solo estaban jugando.

—¿Jugando? Mira a Mai. ¿Te parece que esto es jugar? 

—Utahime —Satoru le dijo en su típico tono burlón—, ¿en serio harás eso porque Nobara, alumna del profesor Gojo, venció a Mai, alumna tuya? Debes aceptar que soy un mejor profesor y mi excelente trabajo se refleja en los progresos de mis estudiantes. No seas envidiosa.

—Nunca te tomas nada con seriedad —Utahime respiró hondo y relajó el puño para controlar los deseos intensos de golpearlo—. Quizá por eso tus alumnos hacen lo que se les da la gana. Es inútil hablar contigo, iré a buscar al director Yaga. Si su profesor no puede sancionar a Nobara de forma adecuada, su director será el indicado para hacerlo.

La profesora de Kioto se llevó a sus estudiantes. Gojo caminó hacia los suyos, con una expresión ilegible en el rostro.

—¿Estás molesto? —Nobara le preguntó haciendo un puchero.

—No —Gojo respondió y sonrió de nuevo—, estoy orgulloso. Le ganaste a Mai Zenin, aunque no me sorprende, después de todo, te está enseñando el mejor. 

—¡Profesor Gojo! —Megumi le reprochó—. ¿Cómo puede estar tan tranquilo ahora que tenemos problemas?

Gojo formó una mueca y le sacó la lengua.

—No seas aburrido, Megumin. Descuida, tu profe lo solucionará. Tú tranquilo —Le palmoteó la espalda—, saldrás bien librado de esto, al menos más que Nobara. ¿De qué te preocupas?

Megumi volteó la cabeza.

—Sus problemas ahora son mis problemas.

Nobara juntó sus manos y cerró los ojos, con una sonrisa boba, conmovida por lo que acababa de escuchar. Gojo puso el rostro frente al de su estudiante, advirtiendo un intenso sonrojo en sus mejillas.

—Hala, te pusiste rojo. Ya mejor confiésate y deja de perder el tiempo.

—¡Profesor Gojo! —Megumi volvió a reprocharlo—. Kugisaki y yo estamos juntos en esto. Quiera o no, soy cómplice por no haber hecho nada para interrumpir su pelea con Zenin —dijo y se aproximóa su mentor—. Bien, lo haré —le susurró— cuando alguien acepte lo que sucedió en el KFC.

—No sé de qué me hablas, Megumi —Gojo fingió desentendimiento—. Nos vemos —Movió su mano graciosamente, como si fuera una manopla, y se marchó.

Nobara sacudió la cabeza.

—Ay, profe Gojo —dijo—. Nunca va a madurar.

Megumi palideció.

—Kugisaki —Se cubrió con el cuello de su uniforme—, ¿llegaste a oír todo?

Ella rió y se llevó el dedo al mentón.

—No, ¿por qué? ¿Debería? 

Él suspiró llenándose de alivio. Al menos, por entonces, su secreto estaría a salvo.

Chismes y café┊FushiKugiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora