Las armas de Maki pusieron en serios aprietos a Yuuji, pero él no se dejó vencer tan fácilmente y dio todo de sí para prolongar la batalla. Aprovechando que su profesor Gojo no estaba, debido a que había salido a comprar de dulces "de emergencia" a una tienda cara y no precisamente cercana, Toge optó por tomar un descanso y aplicarse medicina para tratar su garganta, entre tanto, Panda se sentaba junto a él a revisar los chismes del mundo de la hechicería desde su celular. En ese momento, cuando luchaba por mantener la concentración en un hilo para nada interesante sobre un supuesto amor de la infancia del director Yaga, lo distrajo la llegada de Nobara con Megumi detrás, meciendo su famoso bolso Balenciaga.
—Uh, regresan juntos —Panda se apresuró en codear a Toge.
—Salmón —Su amigo sacudió la cabeza—. Huevas. Atún con mayonesa.
—Que yo te lo había dicho antes —Panda frunció las cejas dejando escapar un gruñido furioso—. Fíjate que hasta le carga el bolsito. ¡Qué bonito! —exclamó, cambiando drásticamente su humor, y juntó las patas para formar un corazón.
Nobara volteó hacia ambos, con las manos en las caderas, apenas sintió sus miradas indiscretas.
—¿Qué nos miran tanto? —les preguntó y se acercó, amenazante, a Panda.
El oso retrocedió, en un movimiento rápido que, si bien evitó que tirara el aparato, expuso la pantalla. La hechicera llegó a identificar su propia cara, y la de Megumi, en una de las tantas fotos que protagonizaban un reciente post.
—¿Qué tienes ahí, Panda? —Se lo arrebató y leyó el pie de página—: Los estudiantes de primer año, Megumi Fushiguro y Nobara Kugisaki, viven un apasionado romance adolescente en los pasillos de la escuela de Jujutsu en Tokio. ¿Qué dirá de esto su profesor Satoru Gojo? —Juntó las cejas—. ¡Qué tontería! ¿Lo escribiste tú? Tu imaginación sí que vuela, Panda.
—¿Y yo que tengo que ver?
—Entonces Toge...
—Atún.
—Déjalo, Kugisaki —Megumi replicó devolviéndole el celular a Panda—. No tiene lógica insistir con personas que sacan conjeturas tan mal planteadas y carentes de razón.
Nobara torció la boca, como si estuviera saboreando el ácido de un limón.
—Sí, tienes razón. No todos los chismosos lo hacen bien —coincidió—. Aun así, Fushiguro, ¿qué haremos? ¿Vamos a dejar que nos difamen de esa manera?
Megumi dirigió sus ojos a la publicación y se tomó su tiempo para leer.
—Nada —finalmente, le respondió—. Mañana esto quedará olvidado. Después de todo, no hay nada romántico entre tú y yo.
Panda, que escuchaba la conversación moviendo las orejas, terminó soltando unas carcajadas.
—¿Dije algo gracioso? —Megumi subió el volumen de su voz.
—No es sobre ti, me estaba riendo de un buen chiste que me contó Toge el otro día —Panda volvió a codear a Toge—. ¿No es verdad?
—Salmón —éste replicó.
Nobara emitió un quejido engreído, les lanzó una mirada asesina a sus dos compañeros de segundo y tomó a Megumi del brazo para arrastrarlo consigo. Mientras ambos se alejaban, Panda y Toge los acompañaron con la mirada.
—Por supuesto —el panda habló—. Por supuesto que esos dos no tienen nada. Como si yo hubiese nacido ayer. ¿Tú qué piensas Toge?
—Algas.
Panda palmoteó su espalda con alegría.
—Tus comentarios siempre son muy acertados —Sonrió—. Sabía que comprenderías.
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Chismes y café┊FushiKugi
Fiksi PenggemarFushiguro y Kugisaki suelen reunirse a compartir chismes y café, hasta que alguien, desde el anonimato, decide convertirlos a ellos en el centro de los rumores.