Capitulo 1: La Carta

2.8K 283 7
                                    


-becky... Despiertate. _susurró mi hermana Charlotte mientras yo me removía suavemente en la pequeña cama.

Parpadee tres veces antes de dejar que mis ojos se acostumbraran a la luz y después miré a mi hermanita con una pequeña sonrisa.

-Buenos días, enana. _la saludé y ella sonrió.

-Buenos días becky... Están tocando la puerta y tu me dijiste que no abriera si no estabas despierta. _comentó algo preocupada.

-No te preocupes cariñito, iré a ver quien es.

Me levanté de la cama y cuando abrí la puerta del cuarto de hotel apareció el abogado de mi familia.

-Buenos días Rebecca. _saludó el hombre vestido apropiadamente.

-Buenos días Marco. _devolví dejándolo entrar. -¿Qué te trae por aquí?

-Estaba mirando algunos archivos de el despacho de tu padre... Y me encontré con esto. _Marco sacó un sobre blanco de su bolsillo interno y me lo entregó.

-¿Qué es esto? _pregunté mirando por todos lados el sobre.

-No lo sé, lo único que había junto a eso era una pequeña nota que decía que solo tu debías leerlo. _explicó sacando una pequeña nota y entregándomela.

Ésta tenía claramente la caligrafía de mi padre y decía:

Si alguien encuentra esto por alguna razón entreguenlo a mi hija y por favor no lo lean

Aon Armstrong

Suspiré audiblemente pasando una mano por mi desordenado cabello.

-Gracias por venir hasta aquí Marcos. _agradecí con una sonrisa al hombre que ya estaba en la puerta.

-Siempre estaré para lo que necesiten. Hasta pronto Rebecca. _Marcos salió del pequeño cuarto y yo volví a la cama con el sobre en mano.

Segundos después Charlotte también volvió a la cama y me sonrió dulcemente.

-¿Quién era Becky?

-Solo era Marcos para entregarme otro sobre de papá. _expliqué dejando el sobre a un lado.

-¿Y qué esperas para abrirlo? _preguntó tomándolo en mano.

-De seguro es otra de sus famosas cartas de despedida. No voy a perder mi día libre llorando, ¿por qué no nos arreglamos y salimos al parque? _cambié de tema tomando sus manos y sonriendo al ver la enorme sonrisa que Charlotte me regalaba.

-¡Sii! ¡Hace mucho no estamos juntas!

Charlotte saltó de la cama directo al baño mientras que yo tendía la cama.

Hacía menos de un año que mi padre había muerto gracias a un cáncer de estómago y lastimosamente lo único que tenía el banco se lo había llevado dejándonos a Charlotte y a mi sin nada. Mi madre nos había abandonado cuando Charlotte nació y sinceramente agradezco que Charlotte no haya podido conocerla, esa mujer era una arpía completa. El final de mi maravillosa historia se resume en que yo, después de que mi padre muriera, como soy mayor de edad tengo la custodia de Charlotte y tuve que abandonar mi último año de escuela para pagar el diminuto cuarto de hotel en el que vivimos y la niñera para Charlotte cuando tenga turnos largos en el restaurante.

Una hora después ambas estábamos completamente listas y salimos juntas al parque, comimos helado y un rato después Charlotte se fué a jugar con algunos niños en el parque mientras yo la vigilaba sentada en unas bancas no tan lejanas de su posición.

Éternité (Freenbecky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora