-¿Te gustó la ropa? _me preguntó por quinta vez Song mientras Freen reía en silencio.
-Si me gustó Song, ya te lo he agradecido 5 veces. _ésta vez Freen si rió a carcajadas ganándose una mirada fulminante de parte de su hermana.
-Déjala respirar Song, ya sabes que le gustó la ropa.
Antes de que Song protestara, dos chicas muy sonrientes se acercaron a nosotras.
-Las princesas escaparon de la torre. _una de las chicas de ojos verdes muy hermosos sonrió con un encanto conocido.
-¡Y vamos a disfrutarlo!. _celebró Song dándole un beso a ambas chicas en sus dos mejillas.
-Freen que gusto verte... _la amiga de la ojiverde, una castaña de ojos café muy linda a mi parecer también besó ambas mejillas de la chica de ojos azul grisáceo.
-Lo mismo digo Irin. Dejenme presentarles a Rebecca Armstrong. _me dió un pequeño guiño mientras ambas chicas tomaban mis manos y plantaban un beso en el dorso de cada una.
-Un placer conocer a una Armstrong. _habló la chica de ojos verdes sonriendo.
-Rebecca... Ellas son Baitoey Punnisa y Irin Urassaya. Son las hijas de los dos hombres que ayudan a nuestro padre a dirigir el reino. _presentó Freen a las dos chicas que me sonrieron con alegría.
-Un placer conocerte Becky. Ya agarré confianza, te diré Becky. _dijo Irin logrando que todas rieramos.
-No te preocupes, todos me dicen así. _le sonreí siendo correspondida por ella.
Escuchamos unos gritos de varias personas en la plaza de mercado y nosotras rápidamente fuimos hasta allí.
-¡¿Qué está sucediendo?! _habló Freen con una voz seria, audible y firme logrando detener la algarabía y que todos hicieran una inclinación de respeto.
-Princesa... Nosotros solo sacábamos a estás personas de aquí.
El guardia del castillo señaló a la familia que miraban asustados y sus cosas estaban en el suelo.
-¡¿Y por eso debían arrojar sus pertenencias al suelo como basura?! _lentamente Freen tomó mi mano y la alejó de su brazo para acercarse a los guardias.
A pesar de lo que estaba sucediendo, ese choque eléctrico que sentí cuando nuestras manos se tocaron, lograron que cada extremidad de mi cuerpo temblasen.
-Nosotros... _intentó explicar el guardia pero Song lo interrumpió.
-¡Incompetentes! ¡Eso es lo que son ustedes! ¡Quiero que en éste instante recojan todo lo que arrojaron y les asignen a ésta familia un lugar para que puedan vender tranquilamente! _ordenó con altivez mirando desafiante a los guardias que se quedaron estáticos.
-Pero princesa, ellos no tienen permiso para vender.
-¡NO INTERESA! ¡Sus razones y circunstancias tendrán para no tenerlos! No quiero repetirlo dos veces, así que hagan lo que les ordené o les irá peor. _dijo esto último en voz lo suficientemente audible y seria para que los guardias empezaran su labor.
-Lamentamos esta escena... Por favor vuelvan a sus labores. _pidió Freen a las personas que presenciaban lo sucedido y ellos siguieron con lo suyo.
La familia que aún veía con asombro a las dos princesas intentaron ayudar a los guardias pero Song lo impidió.
-Por favor no lo hagan... Ellos lo arrojaron, ellos lo recogen.
-Muchas gracias por su solidaridad. Necesitamos vender eso para pagar las medicinas de mi padre que está enfermo. _una linda chica con el cabello rubio y unos hermosos ojos verdes se nos acercó algo tímida.
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Éternité (Freenbecky)
RandomRebecca Armstrong tiene la vida que una adolescente de su edad no querría tener en un millón de años. Aún así, ella mantiene su positivismo ante la vida aunque esta no quiera estar a su favor. Rebecca tiene sueños... Y como toda chica inocente piens...