El viaje hasta el lugar de playa que eligió Aonung les llevó unos 15 minutos. Estaba más cerca de la desembocadura por donde fluía el océano, pero no demasiado cerca como para que sean aguas peligrosas.– Surfeo justo al otro lado del muro de la playa. Hay una puerta justo al final del camino.
Aonung la señaló y Neteyam asintió.
– No te llevaré allí todavía, no pongas esa cara de preocupación. Pensé que podríamos acostumbrarte a remar por si querías unirte a nosotros más adelante.
Su voz se suavizó un poco como si estuviera avergonzado por ello pero Neteyam no hizo ningún comentario al respecto
Él arqueó una ceja.
– ¿Ah, sí?
– ¿Has estado antes en una tabla?
Neteyam sacudió la cabeza cuando Aonung dejó caer las cosas escondidas en la arena.
– No tengo mucho tiempo para eso. Aunque he volado y deslizándome antes.
– Totalmente diferente.
– Un estadio totalmente diferente.
– Obviamente sí.
Aonung se volvió hacia él.
– ¿Estás nadando en eso?
– Si querías que me quitara la camisa, podías habérmelo pedido.
Neteyam refunfuñó, quitándose los zapatos de una patada.
– Estoy bien.
Aonung dijo rápidamente, poniendo los ojos en blanco, entrando en el agua e invitándolo a entrar con él.
– Bueno, vamos, no muerdo.
Hizo un movimiento de mordisco.
– Impresionante, hasta pensé que era un tiburón.
– Ja. ja.
Entró lentamente, observando cómo el agua envolvía sus pies y piernas hasta que le llegaban hasta la cintura.
– Hace frío.
– Estámos más cerca del océano.
– ¿Te gusta el agua fría?
– No me molesta. Ayuda tener esto.
Aonung tiró de su traje de neopreno.
– Ah, cierto.
– ¿Entonces vas tú primero o quieres que te lo demuestre?
– No puede ser tan difícil montarse sobre una tabla.
Dijo el chico Sully, totalmente ajeno cuando Aonung de repente se atragantó con su saliva.
– ¿Estás bien?
– Sí, como sea. Sube si puedes.
Neteyam lo tocó como si fuera delicado al principio, sin saber bien dónde sujetar y dónde soltar. Finalmente decidió levantarlo y alinearlo con su cuerpo antes de dejarlo caer y caer con él, cayendo sobre su vientre.
– Gracioso.
– Cállate.
Neteyam hizo una mueca, se incorporó hasta quedar sentado y sorprendentemente no se cayó. Por lo general, tenía un equilibrio excelente al escalar, pero estar en el agua era diferente. Cuando estuvo listo abrió las piernas y las metió en el agua a cada lado.
– ¡Lo hice!
– Quieto.
Aonung lo alcanzó mientras se inclinaba y rápidamente retiró la mano que había levantado en un momento de triunfo.
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Campamento Awa'atlu
Teen FictionEncontró la mirada penetrante de Aonung clavada en él. ¿Cuál era su problema? Estas iban a ser unas semanas muy largas si ya se había ganado un enemigo. Bienvenidos al Campamento Awa'atlu. . -. Universo Alterno (humanos). -. Está historia no me pert...