Takemichi acude a una bruja poderosa y muy conocida por conceder los más profundos deseos, pero Takemichi en vez de pedirle poder, riquezas, joyas, títulos, etc. Él solo pide que ya no lo molesten en la escuela, la bruja sorprendida le pregunta por...
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Los nervios de Takemichi corrían por cada vena suya al tener al dúo imparable enfrente suyo luciendo enojados, Mikey y Draken estaban bastantes molestos de ver como recién el ojiazul vino a la cafetería, cuando claramente le dijeron que lo vieran ahí.
- Y-Yo... - El pobre estaba tan nervioso que nada podía salir de su boca sin que balbuceara. Y claro, porque tenía a dos demonios parados frente a él. Era tanto su miedo que sólo opto por agachar su cabecita y esperar algún insulto por parte de alguno de ellos, pero no quería un golpe.
- Ven a la gala con nosotros. - La repentina voz de Draken desconcertó a Takemichi, el cual levantó la mirada y podía ver que a pesar de que ambos tenían una expresión molesta, no parecía que fueran a golpearlo o insultarlo.
- ¿La gala? ¿Ir con ustedes? - Ambos asintieron sin mucho que decir. Takemichi, quien en ese momento no sabía si esto era una broma o era real, opto por una salida mucho mejor, desmayarse.
Lo último que pensó antes de caer al suelo del desmayo fue...
¿Qué demonios se supone que haré ahora?
Después de eso no supo nada más, ya que todo se detuvo como si estuviera en cámara lenta para él, así que solo se dejó llevar y cayó al suelo desmayado, asustando tanto al dúo como algunos estudiantes que pasaban por ahí.
Unos 40 minutos después de ese incidente, el ojiazul despertó otra vez en la sala de enfermería de la escuela y teniendo a su lado a su tía y a Takuya con expresiones aliviadas. Se sentía verdaderamente débil estos días, y eso que antes no era fácil para él desmayarse.
- Le recomiendo que descanse un poco más aquí y pueda llevarlo a casa después de que se tome un par de pastillas y que beba mucha agua, además de que debe evitar agitarse por un par de días. Aquí tiene los medicamentos que podrán ayudarlo. - La enfermera le paso una caja pequeña de pastillas a Hinami, quien agradeció y miró a Takemichi con angustia.
- Takemichi, ¿en serio no te pasa nada malo? Tú siempre has sido muy sano desde que naciste, ¿esta todo bien?
El chico solo se mordió el interior de su lengua para evitar formar una expresión de dolor, le había estado ocultando el hecho del bullying durante tanto tiempo que temía saber como reaccionaria su tía y mejor amigo si se los contaba, así que opto por mentir otra vez, aunque no le gustaba mentir.
- No... esta todo bien, creo que es porque nos estaba dejando mucho trabajo y así, recuerda que esta escuela es de prestigio y de gran categoría, por lo que los estudios, exámenes, trabajos y demás son más complicados, ¿no crees?
La mayor asintió, pero algo en su instinto de madre le decía que no era así, pero tampoco quería que Takemichi se sintiese agobiado con tantas preguntas por las cual contestar, por lo que solo suspiro y le dedico una linda sonrisa al menor.
- Esta bien, pero si o si vendrás a la casa a descansar, pídele a uno de tus amigos o amigas que te pase la tarea después de clases, ¿bien?
