Takemichi acude a una bruja poderosa y muy conocida por conceder los más profundos deseos, pero Takemichi en vez de pedirle poder, riquezas, joyas, títulos, etc. Él solo pide que ya no lo molesten en la escuela, la bruja sorprendida le pregunta por...
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Había llegado la hora del banquete, eran exactamente las diez de la noche. Takemichi disfrutaba de unos deliciosos bocadillos preparados por uno de los padres de los Kawata, quienes eran los que proporcionaban los alimentos necesarios en la escuela Shibuya.
Hinata y Akkun estaban platicando con unos compañeros de la clase de Takemichi. El Baji Squad estaba en una de las mesas extremadamente borrachos, agotados y de sus bocas salían balbuceos o palabras incoherentes. Emma tuvo que atender una llamada de su manager e iba a tardar mucho tiempo. Senju salió a buscar a su hermano, pero no lo encontraba por ninguna parte, molestando a la chica de ojos celestes.
Actualmente se encontraba solo, pero estaba sorprendentemente calmado, no como otras veces en que no tenía a nadie junto a él que lo protegiera o acompañará en esta infernal escuela.
Había mandado mensaje a su tía y a Takuya diciendo que estaba bien y que no había nada de que preocuparse. Siguió comiendo bocadillos deliciosos, algunos se derretian como algodón de azúcar en su boca, y otros eran tan esponjosos como una gomita. Los sabores variaban de dulce, agrio, amargo, fuerte, salado o normal. Su boca y estómago disfrutaban totalmente de cada cosa que se llevaba a la boca.
Debía admitir que era alguien que le gustaba comer, más aún cuando la comida era deliciosa y que sabía que la disfrutaría no importara cuantas veces la probara.
Vaya que la familia Kawata tenía en buen dominio en la comida.
- ¿Oh? Pero miren quien es, el perdedor de la escuela.
Esa voz...
Takemichi dejo caer su bocadillo al suelo cuando escucho de quien era esa voz.
Se giro lentamente, temblando inconscientemente. Akira estaba justo frente a él, luciendo un vestido pegado al cuerpo y portando una expresión burlona y fastidiada.
- A-Akira-chan... - Dijo su nombre nerviosamente.
Akira fruncio el ceño, mostrando sus dientes apretados por el coraje.
- ¡Es Akira-sama para ti perdedor! No creas que porque estás ahora con los populares no eres un inútil y la mascota de la escuela. Sigues siendo y serás un perdedor por toda tu vida. Estoy segurisima que ni llegaras a graduarte de la escuela. - Se burlo.
Sus palabras lo hirieron significativamente. Takemichi había sufrido mucho y aveces sentía sentía en verdad era un perdedor, por eso no les echaba en cara a sus abusadores.
- "Tiene razón. ¿Qué pasa si todo esto es una farsa de ellos para hacerme algo incluso peor que antes? Tengo miedo..."
Al no recibir respuesta, Akira prosiguió.
- Ay Takemichi, ¿no crees que ya va siendo hora que salgas de tu nube? No tienes a nadie en este lugar que te quiera, todos te odian.
Si, tal vez debía aceptar la realidad. Desde que llego a esta escuela fue testigo y víctima de lo horribles que pueden ser la gente con dinero sin sentido de la razón.