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Net Panich vivía en una lujosa mansión en South Tampa, una zona tan rica que NuNew, a pesar de haber crecido en la ciudad, nunca había pisado. Cuando Foei detuvo el coche en la glorieta que daba acceso a la entrada principal de la residencia palaciega, NuNew estaba tan atónito que le costaba cerrar la boca.

—Es... espectacular —le susurró a Zee cuando este lo cogió de la mano para ayudarlo a salir del coche.

—¿Ahora entiendes por qué no he traído el coche? —preguntó con desgana observando la gran cantidad de ostentosos vehículos que estaban aparcados en fila.

—Atrae a las masas, señor Panich —le susurró NuNew al oído mientras recorría con los ojos su masculino rostro—. Feliz cumpleaños. Tengo un regalo para ti, pero te lo daré luego.

Se le iluminó la cara con una sonrisa traviesa y picarona mientras le dedicaba una mirada fogosa.

—Pensé que ya me lo habías dado anoche. Y otro hace un rato.—

—¡Zee !—

Se negaba a volver a sonrojarse. No lo haría. Por supuesto que no. Era una persona adulta y madura, y no se escandalizaría por una simple indirecta. Por el amor de Dios, si ya casi era enfermero, un profesional acostumbrado a ver el cuerpo humano vestido y sin vestir. No era ningun jovencito y le enfurecía que Zee pudiera hacerle sentir como tal.

—Vale, vale... Pero, si quieres volver a hacerlo, yo no opondré resistencia. De hecho, podemos volver a casa ahora y ...—

—Entra ahora mismo, cumpleañero.—

NuNew se echó a reír mientras él lo cogía de la cintura y lo guiaba hacia la puerta con una tímida sonrisa de satisfacción en los labios.

—Mañana por la noche saldremos los dos solos —masculló agarrándolo con más fuerza mientras lo guiaba hacia la puerta principal.

—¿Mañana? —preguntó confuso.

—Por tu cumpleaños. Te invito a cenar. Los dos solos.—

Tras subir la escalinata de mármol NuNew se detuvo ante la gran puerta de doble hoja y se giró para mirarlo a los ojos.

—No me vas a invitar a cenar. Ya has hecho bastante. No hace falta.—

—Hace muchísima falta —respondió Zee con rotundidad—. Quiero hacerlo. Es tu cumpleaños.

La puerta se abrió de par en par antes de que NuNew pudiera responder.

—¿Qué pasa, hermanito? Me alegra que hayas decidido venir a tu fiesta.—

NuNew reconoció de inmediato a Net Panich. Zee tenía razón: tenía la belleza típica de una estrella de cine. Iba vestido con un estilo parecido al de Zee y llevaba un jersey verde esmeralda, que prácticamente combinaba con el color que sus ojos oscuros. Parecía un dios mitológico, pero a NuNew no le parecía ni la mitad de atractivo que Zee ; desde un punto de vista objetivo Net tenía unos rasgos muy estéticos y un cuerpo espectacular, pero... no le llegaba ni a la suela del zapato a su hermano menor.

Net dio un paso hacia atrás y les indicó con la mano que pasaran. NuNew notó cómo le pasaba revista, cómo lo analizaba para tratar de encasillarlo. Mientras cruzaba el vestíbulo de mármol se preguntó qué le habría contado Zee de él .

—NuNew, este es mi hermano Net.—

Zee los presentó sin formalidades antes de coger la chaqueta que NuNew se estaba quitando. Un hombre mayor —un mayordomo, era obvio— retiró la americana del brazo de Zee.

—Vaya, hermanito, ahora entiendo por qué últimamente no te he visto el pelo—bromeó Net en voz baja.

NuNew estiró el brazo con educación.

ZEENUNEW - EL TESORO DEL MILLONARIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora