James pasó otra página del libro que tenía en el regazo, preguntándose por qué no dejaba de leer de una vez y se iba a la cama. En realidad, no estaba asimilando ni una de las palabras que pasaban ante sus ojos.
« Maldita sea» , susurró cerrando el libro y dejándolo en la mesa que había junto al sofá. A decir verdad, no tenía ganas de meterse en la cama. Sabía que si lo hacía empezaría a dar vueltas a su reencuentro con Net y se atormentaría con el recuerdo del beso apasionado que se habían dado por la tarde.
Cogió el mando a distancia de la mesa para encender el televisor con la esperanza de que las noticias de las diez la distrajeran de sus pensamientos.
En cuanto empezaron los titulares sonó el timbre.
¿Quién sería a esas horas? No tenía familia y sus amigos no se presentarían por la noche en su casa a menos que hubiera una emergencia. Se puso de pie de un salto y corrió a la puerta con el corazón acelerado. Por la mirilla vio a un hombre vestido de uniforme; concretamente, el uniforme que llevaban los escoltas de Panich Corporation.
—¿Quién es y qué quiere? —gritó sin abrir la puerta.
—Es una entrega especial por el día de San Valentín para el doctor Wongwisut—respondió el hombre.
—Déjelo en el suelo y váyase.—
No pensaba abrir por mucho que el tío llevara un uniforme de Panich.
—Entendido, señor. Lo dejaré en el umbral de la puerta.—
El hombre del uniforme se agachó, se incorporó y se marchó. James abrió la puerta sin quitar la cadena de seguridad y vio que el hombre se metía en una furgoneta y se marchaba. Cerró la puerta, quitó la cadena de seguridad y, al volver a abrirla, quedó impresionado: en el umbral le esperaba el ramo de rosas rojas más impresionante que había visto jamás. Había varias docenas de flores, demasiadas como para contarlas con lo desconcertado que se hallaba. Levantó el pesado jarrón de cristal y lo llevó al comedor. Lo colocó en el centro de la mesa de roble circular y cogió la tarjeta que había entre las rosas.
Tomó asiento porque le temblaban tanto las piernas que apenas podía mantenerse de pie. La tarjeta era pequeña y el sobre, que estaba decorado con corazones, tenía un Cupido monísimo en una esquina. Lo único que ponía en la parte delantera del sobre era su nombre. Lo abrió con dedos temblorosos y sacó la cartulina que había dentro. En una letra que aún reconocía había escritas solo dos palabras:
« Lo siento» .
No había firma ni nada que identificara al remitente.
Dejó el sobre y la tarjeta sobre la mesa, enterró el rostro entre las manos y se echó a llorar.
Fin
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ZEENUNEW - EL TESORO DEL MILLONARIO
FanfictionPareja: Zeenunew (top: Zee bttm: Nunew) Género: Romance (+18) Estado: Concluída ✓ Extensión : Prólogo + 17 capítulos + Extra (side story)