Ella, una pianista romántica y soñadora. Él, un futbolista famoso y mujeriego incapaz de amar. Un encuentro fortuito que une a dos mundos tan diferentes como el silencio de una sala de conciertos y el rugido de un estadio.
Detrás de la sonrisa perfe...
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Con las luces apagadas, el salón en completo silencio y el alma echa pedazos, Sentada frente al piano, intentaba sacar fuerzas para musicalizar todas esas emociones que quisiera jamás haber conocido. En mi mente se repetía el primer acorde, con ello, el conteo regresivo para otra destrucción agonizante. El inicio de una detonación lenta, pero impasible.
Poco a poco voy expulsando el aire que había retenido en mis pulmones, buscando en vano liberar el miedo. Trato de relajar a mis músculos que parecen haber sido congelados para evitar dañar a mi corazón una vez más sin éxito alguno.
El ruido estruendoso de un trueno se encarga de impulsar a mi cuerpo para dar inicio a la melodía más triste que he escrito. Estrellas inmóviles, cielo nublado y gotas de lluvia cayendo sin piedad al exterior del auditorio son los elementos que completan una noche gris. Aprieto mis ojos al escuchar los acordes que reflejan cada pequeña emoción. La primera punzada de dolor justo al centro del pecho me recuerda lo que tanto he querido evitar. La película de mi vida.
Todo es como la primera vez. Su sonrisa arrogante y las mariposas en mi estómago, aquel primer beso, sus ojos intensos dominándome por completo; ese sueño rosa que hoy es gris, esas ilusiones que van rompiéndose en el suelo. Siento como se vuelve a desgarrar mi alma, el sonido de mi corazón al destrozarse, mi vida apagándose.
"El alérgico"
Ese era el nombre de la melodía, para alguien con miedo a sentir, con miedo a soñar, con alergia al amor.
Para esa sonrisa arrogante, para esos ojos intensos con mirada indescifrable, para un príncipe azul solo de apariencia.
Para el responsable de haber roto mis ilusiones como pedacitos de estrellas que poco a poco se apagan.
Para él, que rompió mi corazón y después se llevó un pedazo que, terminó tirando por algún lugar del océano que nos separa. "Alérgico" es para quien me dejó volando al ras del suelo.
Culmino con cinco teclas que hago resonar por todo el salón, queriendo expulsar el dolor que me consume todos los días. La rabia conmigo misma, la decepción con el amor, el odio hacia mi corazón.
