8. ADVERTENCIAS

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–Voy a seguir insistiendo para que aceptes, al menos una

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–Voy a seguir insistiendo para que aceptes, al menos una. Es un dinero extra y tal como lo hizo él en la entrevista de ayer, puedes evadir el tema.

–Ese es el problema, yo no tengo la habilidad para evadir preguntas.

–Podrías practicar –le da un vistazo a su móvil que suena sobre el tocador–. Es Hola, nos están ofreciendo una portada en septiembre y cubrir tu presentación en el festival de Lucerna.

–¿A cambio de qué? ¿de tener que pararme veinte minutos frente a una cámara para que me bombardeen de preguntas sobre Alexander?

–Preguntas que bien podrías voltear a tu favor. Por ejemplo, cuando te pregunten por el vuelo a Praga, puedes contar que trajiste el reconocimiento y cómo te sentiste al tocar con Ortega.

–¿Ibiza y Formentera qué? ¿les digo que la información está mal, porque también fuimos a Tenerife? –desconecto la plancha de cabello–. No, Katia, prefiero tardarme años en construir mi marca personal antes de pararme en un foro de televisión sin saber qué hacer.

–¿Si el futbolista puede porqué tu no?

–A él lo entrevistan después de todos los partidos, hace ruedas de prensa y lo invitan a programas. Debe estar más que acostumbrado al acoso de los medios. Yo no, sabes que odio ser el centro de atención y...

–A ver, Sofía –me pasa las sandalias altas–. Métete en la cabeza que mientras sigas en este rollito con el futbolista vas a ser el centro de atención. Y yo no sé si después de un polvo él ya no quiera nada, pero por lo visto tú estás más que enamorada y eso tiene su precio. Si tu "sueño" prospera, te van a seguir a donde sea que vayas, y las llamadas que estamos recibiendo no van a ser ni la mitad de las que vas a recibir.

–¿Si mi sueño prospera?

–Solo..., solo limítate a acostumbrarte a ser el centro de atención, por todo lo que dure tu romance. Si dura, claro.

Confundida, termino de colocarme los pendientes para voltear a verla. Con los tacones de siete centímetros soy ligeramente más alta, así que después de quitarle la paleta de sombras bajo un poco la cara para mirarle a los ojos. Me frustra no descifrar nada de lo que esconde y el recuerdo repentino de los ojos grises del futbolista me ataca.

Tiene que durar, porque Alexander ya se ha colado en lo más profundo de mi alma. Me hace ilusión pensar en un futuro con él, imaginar el día en que me pida que sea su novia, ir a Ibiza, a Formentera, a Tenerife o a cualquier lugar donde podamos estar juntos. No quiero ir a verle solo a un partido, y no quiero darle solo un concierto privado; quiero ir a todos los estadios donde vaya a jugar y que él se dé el tiempo para estar en la primera fila de toso mis conciertos.

Tiene que durar porque siento que nunca antes me había enamorado así, en cuestión de días y a distancia.

Mi cuerpo y mi corazón quieren que dure.

Fuera de JuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora