Capítulo 5 ❤️

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—¡Basta, por favor! ¡Yo no sé nada ¡Por favor... Tengo familia! —esas eran unas de las muchas plegarias que salían de la boca de aquel pobre hombre.

Pero era en vano.
Él no se detendría hasta que soltara la sopa; un golpe en el abdomen, otro en la quijada y otro en la espalda.

—¡Ya basta Sander! —intervinó una chica de cabellera alborotada y rojiza.

El moreno se detuvo y se volteó a verla.

—Sander, prometiste qué no lo dañarías —le reclamó, indignada— ¡Prometiste no dañar a más nadie!

Sander resopló. Ese no era el momento y mucho menos el lugar para discutir.

—Samantha. Ése es mí trabajo ¿Quieres qué me maten, por no cumplir las órdenes de Discord? —susurró, y no porque el pobre hombre que yacía mal herido le fuera a escuchar. Sí no porque él era plenamente consiente de qué las paredes tenían oídos.

Samantha bajó la mirada.

—Sabés perfectamente qué lo último qué quiero en está vida es éso. Te amo Sander y sin tí, mí vida no tendría sentido... —declaró acercándose a su pareja—. Pero por favor, dejá a ese hombre en paz. Míralo. Tiene familia, es padre, así cómo pronto lo serás tú —confesó cabizbaja.

El moreno abrió los ojos cómo platos, le estaba costando asimilar esa última oración.

¿Acaso había escuchado mal?

No, el había escuchado bien, sin pensarlo abrazo a Samantha.

—No puedo creerlo —musitó plenamente contento.

Se separó y levantó con ternura el rostro de su pareja.

—Te amo —soltó antes de darle un tierno beso a Samantha—. A tí y a mi hijo.

Se besaron otra vez, pero se separaron de golpe al percatarse de qué no estaban solos.

—Guilda... —espetó Samantha pasmada al ver a la chica albina.

¿Desde cuándo estaba allí?

—Lamento haberlos interrumpido —declaró con falsa amabilidad—. Discord quiere la ubicación de Koki, pará ayer.

Ninguno respondió y Guilda gruño.

—¿Creen que le iré a decir a Discord qué rompieron la inquebrantable regla qué solo él puede romper? —negó con la cabeza— No soy cómo Lía y no diré nada, sí es lo qué quieren saber —expuso caminando hacia el hombre herido, estaba inconsciente.

Se agachó y le tomó el pulso.

Seguía con vida.

—Samantha, andá a preparar la cena —le dijo sería, mientras se levantaba y se acercaba a ella—, dile a Vicky qué te reemplace en el taller.

Samantha asintió.

—Gracias, Guilda —susurró antes de marcharse.

La albina miró a Sander.

—Despierta lo y has qué hable —le ordenó— ¿Qué esperas? ¿qué lo haga yo?

El moreno de casi dos metros negó con rapidez.
Y fué a hacer lo pedido.

(...)

—Guilda —la llamó una chica de piel clara y cabello negro, el cual llevaba atado en dos largas trenzas—, Discord te solicitá —le informó, pero sin entrar a la habitación.

La nombrada la miró y asintió lentamente; la había sacado de su trance.

Salió de su recamara, y tranco la puerta tras sí.

Volviendo a Vivir (Appledash)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora