Capítulo 24 ❤️

32 4 5
                                    

—Applejack —me llamaron, reconocí al instante la voz de mí mentora. Me voltee, Spitfire se despidió de una mujer y se acercó a nosotros— ¿Por qué llevas ésa ropa? —ya lo había visto venir, iba a justificar me, pero ella continúo— Ésta es una reunión importa, no un cumpleaños.

Kenai, quien se encontraba a mí lado, susurró un "te lo dije".

—Has silencio —le dije a él—. Mí ropa estaba sucia y ésto fue lo más decente qué encontré —me había tenido qué conformar con una playera amarilla, unos viejos jeans negros y unas converse gastadas, Spitfire alzo una ceja—. No volverá a pasar...

Estábamos cómo sardinas en latas. El garaje de la guarida de los Chacales
estaba colmado de gente y no era para menos; ellos habían conseguido el nombre del responsable del asesinato de la novia de Discord y ahora lo estaban subastando.

—... Yo sigo pensando qué es estúpido todo ésto —conversaban unos hombres entre sí, casi qué en la pata de mí oreja— ¿Quién nos asegura qué ésa información sea real?

Bueno, en mí opinión, tampoco me convencía todo éso, pero había qué tener en cuenta qué los Chacales eran los principales proveedores de armamento, drogas, medicamentos y chismes de todas las otras bandas. Éso los colocaba en un punto neutro; no eran amigos, ni enemigos; no eran confiables y tampoco, no confiables. Eran en conclusión; un punto medio.

—Pero recuerda qué Discord ofreció una recompensa y una tregua para quien encontré al responsable de todo lo qué pasó —habló otro hombre—, éste sacrificio vale la pena.

Ése era un buen punto, los Coyotes eran la banda más agresiva de Río de Janeiro, y estaban constantemente expandiendo su territorio, dejando a su paso un mar de sangre y penurias. La banda qué se librare de Discord y podría volver a dormir por las noches.

—¡Atención! —gritaron desde la tarima improvisada con cajas de madera. Era Fleetfoot, la líder de los Chacales— ¡Un sólo representante por banda, acérquese! ¡Los demás, atrás y en silencio!

Todos obedecieron, Spitfire se acercó junto a los otros líderes, mientras qué todos los demás; retrocedimos.

Desde mí lugar podía ver con claridad; ventajas de ser alta.

—Ya todos saben porque estamos aquí —empezó a decir Fleetfoot—. Empezemos de una buena vez.

—50$ —soltó con evidente prisa la líder de las viudas negras; una banda bastante creída, agresiva y sólo para mujeres.

Fleetfoot sonrió.

—60$ —dijo el líder de los Pitbulls, la banda más diezmada gracias a la masacre qué hubo en el coliseo.

—150$ —ofreció Spitfire.

Las murmuraciones no tardaron en hacerse presentes.

—¡Silencio! —volvió a gritar Fleetfoot— ¡¿Quién da más?!

—170$

—¡200$!

Mí madre, éso era mucho.

—¡250$! —volvió a ofrecer Spitfire, dejándome sin aliento.

—¡280$!

Y ¿está gente era millonario o qué?

—¡330$! —habló la líder de las viudas negras.

—¡400$! —soltó el líder de los Monstruos, quién hasta ése momento había guardado silencio.

Técnicamente quedé en shock, éso era demasiado y todos los demás parecían haber quedado igual qué yo, porque nadie dijo nada, sólo había silencio.

—¡450$! —bramó Spitfire, y me quedé loca ¿Éramos ricos y yo no lo sabía?

Fleetfoot no pudo esconder su felicidad.

—¡Vendido a los Alfas a la una, a las dos y a las tres!

Nadie aplaudió, en su mayoría se limitaron a empezar a salir del garaje, mientras qué yo me acerqué a mí Spitfire.

—Estoy sin palabras, jefa —ella sonrió...

Entramos a la oficina de Fleetfoot; de los Alfas, solamente éramos Spitfire, Kenai y yo. El resto de la banda se había tenido qué quedar afuera, las reuniones entre superiores eran exclusivas, sí yo no hubiese si do uno de los líderes, me hubiese tenido qué quedar afuera también.

—Lo prometido es deuda —habló Fleetfoot, sentándose tras su escritorio—. Veo qué hay una nueva líder, Spitfire. Parece qué fue ayer cuando era una chiquilla.

Sonreí ante el comentario.

—Sí —se limitó a decir mí mentora—. Aquí está lo acordado —soltó mientras dejaba el dinero sobre el escritorio.

Un momentito ¿Spitfire llevaba 450$ en efectivo en su bolsillo como sí nada?

Mí alma, cada día me sorprende más.

—Es mucho billete, Spitfire —dijo Fleetfoot mientras tomaba el dinero y lo contaba— ¿Tan importante es para ustedes librarse de Discord?

—No es importante, es imprescindible para todos nosotros —le respondió Kenai, y tenía razón.

Los Coyotes eran una plaga, una peste qué acababa con todo a su paso, librarse de ellos sería un gran alivio para todos nosotros.

—Bueno, en mí caso no puedo quejarme. Discord es uno de mis principales compradores y éso nos da beneficios; no necesitamos de ninguna tregua para dormir en paz.

Éso era tener suerte.

—Ya basta de rodeos —gruñó Spitfire, y yo conocía la razón: la mayoría de la banda se había quedado en la guarida sin supervisión de algún líder; y éso era sinónimo de problemas.

Fleetfoot sonrió.

—Algunas personas no cambian —bromeó—. El individuo responsable se todo esté desastre es conocido cómo: Kac. Estubo en prisión durante siete años por homicidio en primer grado, era miembro de los Rompe Corazones. Fué liberado hace algunas semanas y para desgracia del pobre, tenemos su ubicación...

Volviendo a Vivir (Appledash)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora