Capítulo 16 ❤️

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La melodiosa voz de Sia embriagaba el salón de entrenamientos, el cuál era muy parecido a un gimnasio: con pesas, cuerdas, sacos de boxeo y un cuadrilátero en miniatura.

—Estás tensa —dictaminó Applejack, observando los movimientos de su amiga—. Es por tú novia ¿verdad?

Sunset dejó de golpear frenéticamente el saco, y habló:

—Sus padres aún no aceptan lo nuestro —le empezó a contar—. La última vez la amenazaron con internar la en un convento —miró a la rubia—, Pinkie me pidió qué le diera un tiempo; otra vez.

Applejack pudo ver el dolor en los ojos de la pelirroja, ella sabía lo mucho qué su alocada amiga quería ésa chica de cabello rosa.

—Vaya, no sé qué decir —fué lo único qué respondió. No quería ser hipócrita y fingir qué si le importaba ésa atípica chica.

Porque no era así.

Sunset volvió a golpear el saco...

La puerta del salón se abrió de golpe; un muy estruendoso golpe.

—¡¿Cómo pudiste Applejack?! —acusó Ember dirigiéndose a la nombrada.

Sunset dejó de golpear el saco y Applejack, qué estaba de pie a su lado, no pudo esconder su confusión.

Y ahora ¿qué le había picado a la de cabello púrpura?

—Applejack, creó qué últimamente hay una epidemia qué te hace andar por ahí armando bronca, creó qué es contagioso, deberíamos tener cuidado —soltó Sunset a modo de burla.

Applejack reprimió una risa.

Mientras qué Ember resopló, no estaba de ánimos para soportar el humor negro de Sunset.

—¿Por qué le dijiste a Dakota la verdad sobre Lucas? —continuó Ember— ¿Por qué tuviste qué hacerlo? Prometimos no decirle nada, y ahora tú —señalo a la rubia—, por querer defender a ésa desgraciada, asesina, traidora —hizo una pausa y miró con furia a Applejack—. Hiciste qué Dakota perdiera la cordura.

La ira inundó el cuerpo de Applejack; era inaudito qué la culpará de ésa forma y sin siquiera juzgar las acciones de Dakota.

Pero respiró profundo.

Decidió ser sensata, y no hacerle casó, a fin de cuentas, decir lo qué pensaba gracias a un ataque de irá, no la llevaría a ningún lado.

Así que suspiró y se deshizo de los malos pensamientos.

—Responde Applejack —exigió Ember.

Applejack la miró a los ojos, y habló:

—¿Ya viste la mejilla de Ember? Parece un galaxia —empezó a decir meramente calmada— ¿supiste qué Gabi debe guardar reposo absoluto por algunas semanas? Es una atrocidad, lo sé, pero ése el resultado de un pelea injusta —alzó una ceja— ¿supiste qué el sábado Dakota pudo haberme asesinado a sangre fría?

Y todo éso Ember lo sabía, pero Dakota era su amiga más cercana y verla al borde de la locura la hacía sentir... Culpable.

Pero éso ella no lo iba a confesar, por qué ésa era una historia qué no iba a contar.

—Pero ella estaba drogada —trató de justificar.

Pero Sunset habló:

—Ember, yo he estado en la nube más veces qué cualquiera de ustedes —sonrió con autosuficiencia. Cómo si fuera algo de lo qué estuviera orgullosa—, y no le he quitado el pescuezo a alguien o ¿sí?

Volviendo a Vivir (Appledash)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora