Contraer Matrimonio

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A la mañana siguiente, José salió al pueblo en busca de un arreglo floral que llevarle antes de que despertara, caminó a través de todo el poblado buscando lirios pues le recordaban mucho a María. La gente lo veía extrañada pues se preguntaban que hacía un joven como él bajando de las montañas cuando solo estaban allá Zacarías e Isabel.

Vendedor: No eres de por aquí ¿Cierto?

José, buscando su dinero: Vengo de Belén.

Vendedor: ¿Llevas mucho tiempo con Zacarías e Isabel?

José: Llegué ayer a ver como siguen mis primos, las flores son para ellos.

Vendedor: Un gesto algo romántico para una vieja pareja, lucen más como un arreglo de disculpas.

José, tomando el ramo: ¿De verdad? no lo había notado. (saliendo de la florería) Que tenga una hermosa mañana, señor.

También compró algo de fruta para el desayuno, quería que todo fuera perfecto y estaba dispuesto a hacer eso las veces que fueran necesarias. Subió de regreso a la casa con el corazón en la garganta, emocionado por verdaderamente conquistar a María.

José, entrando por la puerta: ¡Buenos días!

Isabel, desde la cocina: Buen día, José. Ven estamos en la cocina.

José, entregándole las frutas a Isabel: Fui a conseguir estas para el desayuno, no sabía cuales les gustaban así que compré de todas.

Isabel: Eres muy amable, José. Gracias.

María, con algo de sarcasmo: y seguramente son buenas... es un experto escogiendo. Es un hombre de muchos talentos.

José, acercándose lentamente: Y a ti, te traje esto (entregándole las flores) Buenos días.

María, recibiendo el ramo: Arrancar una flor es matarla y sabes lo que opino de ello (con una leve sonrisa) pero los lirios me encantan.

Isabel, revolviendo la comida: ¿Pudiste descansar bien? José.

María: O tuviste otro sueño premonitorio que todos debemos creer. No me digas, el arcángel Rafael vino a verte y te dijo que las flores solucionarían nuestras rencillas.

José, reparando en lo que ella dijo: ¿Lo hicieron?

María, evadiendo su mirada: solo di como descansaste.

José: Realmente bien, de hecho. Gracias por su hospitalidad.

Isabel, sirviéndole un plato: Es un placer, hacemos cuanto podemos por ayudarles.

José, después de un momento en silencio: María.

María, volteando a verle: ¿sí?

José: ¿Volverías conmigo a Nazaret?

María, viendo a Isabel: esperaba quedarme aquí hasta que Isabel diera a Luz. Además ¿Por qué volver contigo? Tú no me debes nada.

José: No es seguro que estés sola, lo oíste tu misma, buscan a una joven embarazada sin esposo.

Isabel, tomando los hombros de María: Hazle caso a José, María. Quien te buscaba era un noble, el heredero del Rey Herodes.

José, tomando sus manos: En mi sueño aparecían esos mismos soldados, no es coincidencia. Estás en peligro, María.

María, asustada: Herodes sabe de la profecía (después de analizar sus palabras) Él quiere a mi hijo (tragándose su orgullo) Esta bien, nos vamos a casar.

José, lleno de alegría: Genial, sí eh... Mañana por la mañana saldremos rumbo a Nazaret y reanudaremos los preparativos y en cuanto nazca, reconoceré a Jesús como mi hijo.

El Evangelio perdido (Fanfic de Journey to Bethlehem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora