Cuentos para dormir

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María consideraba que quizás ya era tiempo de qué se le platicara a Jesús de dónde venía, el pequeño sabía lo especial que era, y reconocía que era el hijo de Dios, pero él no tenía idea cómo es que había llegado al lado de sus padres, al menos no por la boca de los mismos, y tampoco sabía todo lo que ellos tuvieron que atravesar para que él fuera un niño feliz, íntegro y amado.

Jesús, sentado a la mesa jugando con un camello, un caballo y un elefante que su padre le había tallado: Mami, papi.

José y María al unísono: ¿Sí?

Jesús: ¿Po qué son mi mami y papi? 

José, cargándolo y sentándolo en su regazo: ¿quieres saber como se enamoraron mami y papi? (viendo a María)

María, sacudiendo su mandil: sabíamos que este día llegaría...

José, invitándola a acercarse: es una linda historia, te sale mejor a ti contarla, eres una gran cuenta cuentos.

María: de acuerdo, creo que es momento de sacar los regalos que había escondido...

José: ¿regalos?

María: por favor, ¿crees que no noté con que juega Jesús desde hace meses?

Ella se dirigió a la habitación y sacó aquella caja decorada que José le había hecho en aquella tormenta hace tanto tiempo, y de la misma sacó otras figuras talladas, José no sabía que ella guardaba todas las figuras que él hacía en los momentos en que estaba aburrido o ansioso, siempre tenía la costumbre de hacer personas que conocía, realmente no había un porqué pero era lo más productivo que se le cruzaba cada día. María los guardaba para usarlos como decoración en Nazaret cuando regresaran, le parecía lindo que tuvieran esas cosas que los representaban.

María, sentándose a la mesa enfrente de ambos: Hace mucho, en tiempos de Caesar Augusto (abriendo la caja lentamente) y en la tierra de Judea, gobernada por el malvado rey Herodes, vivía una joven llamada María (sacando una figura que se parecía a ella) que aún no sabía que había sido elegida por Dios, para cumplir la antigua profecía de dar a luz a un Rey prometido, enviado para salvar al mundo. 

José, confundido: oye, yo había tallado eso.

María: ¿Quién crees que recoge la mesa donde dejas tus herramientas?

José, riendo: bueno, continua.

María, tomando las figuras con las que Jesús jugaba antes: en el lejano Oriente, 3 reyes de la orden de los magos conocían esta profecía, durante años, estos magos esperaron que apareciera cierta estrella que anunciaría la llegada de este niño divino.

José: Yo recuerdo eso, poco antes de ir a Nazaret por nuestro compromiso, una estrella realmente brillante, apareció en el cielo nocturno. Era increíble verla.

Jesús, asomándose a la ventana: ¿creen que pueda verla?

María, igualmente mirando hacia el cielo: no la hemos visto desde que llegamos a Egipto, quizá no se ve desde aquí.

José: Lo más seguro es que esté en el cielo sobre Judea y Galilea, cuando volvamos podremos verla.

María, aclarando la voz: retomando la historia (tomando el elefante) Baltazar era famoso por su habilidad para leer y mapear las estrellas, analizando el cielo como lo hacía cada noche, fue el primero de ellos en notar que la estrella había aparecido en el firmamento, Baltazar fue dentro de su tienda para informar a los otros (Tomando el caballo) y este mago Gaspar, que era uno de los mayores sabios de todas las tierras, fue con él a revisar la información y darse cuenta que el momento por fin había llegado, tenían que estar ahí cuando sucediera (recordando al camello) ah si, también estaba Melchor, el era el cartógrafo, un gran navegante y bueno, era bastante comelón, él les explicó la ruta para llegar a Judea; era hora de empacar la tienda y formar la caravana. Mientras los magos se disponían a buscar a la joven madre se preguntaban:

El Evangelio perdido (Fanfic de Journey to Bethlehem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora