Se pierde la fé

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María regresó a casa sollozando todo el camino, más que un honor todo eso le parecía una pesadilla, quizá había rezado con las palabras incorrectas, pues tenía lo que quería, por lo que había implorado, ya no estaba comprometida con el extraño que venía de Belén y ahora tendría un hijo, el mundo daba vueltas y se sentía realmente culpable y perdida.

Arcángel Rafael disfrazado, chocando con ella: Lo siento mucho ¿María? ¡Que bendición es verte!

María, intentando reanudar su rumbo: discúlpeme, ahora no es el momento.

Arcángel Rafael: ¿No me recuerdas? Soy Moishe, primo de Joel.

María: ah, no, realmente no.

Arcángel Rafael: Es una lástima, yo solía cuidarte de niña. Ya eres toda una señorita, me contaron que contraerás nupcias.

María, con los ojos otra vez inundados: Me temo que eso se terminó.

Arcángel Rafael: Es una lástima (reanudando su camino) salúdame a tu prima Isabel, dile que espero verla pronto.

Ella también reanudó su camino pero ahora tenía luz ¿cómo no lo había pensado antes? Gabriel le había dicho del embarazo de Isabel, solo con ella podría ir ahora en este momento tan apremiante.

Ana: ¿Con Isabel y Zacarías?

María, guardando sus ropas: El ángel me dijo que ella esperaba un hijo.

Joaquin: Con la edad que tiene, no creo que sea capaz de...

María: Para Dios no hay imposibles y ella es la prueba que necesito ahora para... (María empezaba a tener una pequeña tendencia por no terminar sus oraciones)

Joaquin: ¿A dónde irás? Según sé llevan un tiempo lejos de donde vivían

Ana: Desde que Zacarías perdió la voz se mudaron a las montañas, ella me mandó una carta hace unos meses, con un poco de guía podrías llegar con ella.

María, volteando a ver a su padre: Sé que preferirías cuidarme tu mismo, pero por la seguridad de todos, lo mejor será que me vaya a casa de Isabel.

Con ayuda de todos, María preparó a Fig para el largo viaje a las Montañas de Hebron y salió rumbo a casa de su prima a primera hora de la mañana. Durante todo el viaje se cuestionaba que es lo que veía Dios en ella para haberla escogido como la madre de su hijo, ella no era en nada especial, no era una princesa, no era rica, no era hija de alguien importante, no era nadie, hasta ese momento era una joven virgen que no sabía nada de la vida ¿Cómo es que Dios la veía como la Madre de un Rey salvador? ¿Cómo esperaba Dios que ella llevara a su hijo si ella necesitaba salvación? ¿Por qué él tenía fe en ella?

Mientras estos eventos ocurrían, el arcángel Gabriel había subido al cielo para encontrarse con Dios en la estación y pedirle instrucción para proceder.

Arcángel Gabriel, entrando a la estación: Dios, me temo que le tengo malas noticias.

Arcángel Miguel: Vaya modales Gabriel, el creador se encuentra ocupado, no puede recibirte ahora.

Arcángel Gabriel: Miguel, podremos ser arcángeles los dos pero tengo una misión más importante que lo que sea que estés haciendo tú, tengo derecho a hablar con él ahora.

Dios, alzando un poco la voz: No peleen más ¿Qué tienes que decir Gabriel? ¿Tiene que ver con el gran plan?

Arcángel Gabriel: Sí, señor. Lilith y los caídos han intervenido.

Dios: Sí, lo sé.

Arcángel Gabriel: ¿Qué hacemos? José ha dejado a María y ella va rumbo a casa de Isabel.

El Evangelio perdido (Fanfic de Journey to Bethlehem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora