Thunder

8. My life

¿Puedo pedir a una estrella por otra vida?
Porque siento como si estuviera sola esta noche
Y me encuentro en pedazos.
Hay pastillas en la mesa y un pensamiento en mi cabeza
Y camino por las habitaciones donde ser guiado
Mi corazón está lleno de razones.

My life - Imagine Dragons

Desperté en mi habitación con la cabeza llena de pensamientos y una sensación de confusión que pesaba en mi pecho como una losa. La luz del día filtrándose por las cortinas no hacía más que recordarme que había otro día por delante, otro día para enfrentarme a la tormenta de emociones que estaba experimentando.

Me quedé acostada unos minutos, tratando de despejar mi mente, pero cada vez que cerraba los ojos, volvía a ver la imagen de Killian mirándome con intensidad, tan cerca que podía sentir su aliento. ¿Cómo podía haber llegado a esto? La noche anterior fue un torbellino de sensaciones, y ahora, me sentía más perdida que nunca.

Me levanté y fui al baño, como si el simple acto de lavarme la cara pudiera disipar la confusión que me envolvía. Me miré al espejo, buscando respuestas en mi propio reflejo, pero solo encontré más preguntas. ¿Qué estaba sintiendo realmente por Killian? ¿Y por qué todo esto tenía que ser tan complicado?

Volví a mi habitación y me vestí sin rumbo fijo, eligiendo la ropa casi automáticamente. Mi mente estaba tan llena de pensamientos que apenas presté atención a lo que llevaba puesto. Fui al salón, donde Killian estaba concentrado en su portátil, y un nudo se formó en mi estómago. ¿Cómo podríamos seguir adelante después de lo que pasó?

-Leah, ¿quieres café?-  preguntó Killian, sin levantar la vista de la pantalla. Su voz me sacó de mis pensamientos por un momento, pero no fue suficiente para aclarar la confusión que se arremolinaba en mi interior.

-No, gracias- respondí, sintiendo que cada palabra que salía de mi boca era un eco de lo que realmente quería decir.

Me senté en el sofá, mirando sin ver la televisión. El silencio entre nosotros pesaba más que nunca, y no sabía por dónde empezar. La confusión se aferraba a mí como una sombra persistente, y lo único claro era que necesitaba tiempo para entender mis propios sentimientos.

Sentada en el salón, vi cómo Killian desayunaba en silencio antes de marcharse sin decir adiós. Cada sonido parecía resonar en mi cabeza, creando una atmósfera pesada y tensa en la habitación. Observé la puerta cerrarse detrás de él y me quedé sola, sumergida en un mar de pensamientos oscuros.

Mi mente era un caos de emociones entrelazadas: confusión, tristeza, frustración. No entendía qué estaba pasando entre nosotros, y esa incertidumbre me carcomía por dentro. ¿Qué había hecho para merecer esta vida llena de relaciones complicadas y malentendidos?

Me preguntaba por qué siempre terminaba así, con la gente alejándose, enfadándose. ¿Era yo la causa de todos estos problemas? ¿Por qué no podía ser simplemente normal y tener relaciones sencillas como cualquier otra persona? Las dudas se acumulaban, y me sentía atrapada en un torbellino de pensamientos negativos. Miré a mi alrededor, sintiendo que mi pequeño apartamento se cerraba sobre mí. ¿Era esta la vida que había elegido? ¿O simplemente estaba destinada a vivir en un constante estado de caos emocional?

Me levanté y caminé por la habitación, incapaz de encontrar respuestas claras. Mis ojos se posaron en una foto en la pared, un recuerdo de tiempos más simples. ¿Dónde se había perdido esa sensación de paz y estabilidad? Suspiré profundamente, sintiendo que un peso se posaba sobre mis hombros. Necesitaba entender qué estaba pasando entre Killian y yo, pero la confusión nublaba mi capacidad de razonar. ¿Debía buscar respuestas o simplemente dejar que las cosas siguieran su curso?