Mi día a día ha experimentado una transformación notable desde que Killian llegó a mi vida. Despertar y ver su sonrisa cada mañana se ha convertido en mi ritual más preciado. Su apoyo incondicional y la paz que trae consigo han hecho maravillas para calmar las tormentas internas que solían acosarme.Las mañanas suelen comenzar con un cálido abrazo de Killian, seguido de un desayuno compartido. A veces, mientras él trabaja desde casa, cuando tengo tiempo libre, me sumerjo en la escritura de relatos, una pasión que Killian ha fomentado y que me ha ayudado a expresar mis pensamientos de una manera creativa y liberadora.
Mi jornada laboral fluye entre la tranquilidad de la escritura y las responsabilidades profesionales. Killian y yo hemos establecido una dinámica equilibrada en casa, compartiendo las tareas y apoyándonos mutuamente en nuestras metas individuales. Es un alivio contar con su comprensión y paciencia, especialmente en los días en que la ansiedad amenaza con asomarse.
La terapia con la psicóloga se ha convertido en una herramienta esencial para mi bienestar. Cada sesión es un espacio seguro donde puedo explorar mis emociones y trabajar en superar los obstáculos que se interponen en mi camino. A medida que avanzo en el proceso, siento una transformación interna, una reconstrucción gradual de la confianza en mí misma.
Las tardes suelen cerrarse con cenas relajadas y momentos compartidos. Killian y yo nos sumergimos en conversaciones profundas, risas y planes para el futuro. Su amor constante y su paciencia son faros de luz que me guían en las noches oscuras.
En resumen, mi día a día ahora está impregnado de amor, comprensión y la sensación de que estoy construyendo un camino hacia la felicidad. La escritura, el apoyo de Killian y las sesiones de terapia son piezas fundamentales en esta nueva etapa de mi vida, una en la que aprendo a vivir y amar de nuevo.
La emoción bullía en mi interior mientras sostenía el manuscrito entre mis manos, esperando que Killian compartiera mi entusiasmo por el nuevo relato que había creado. Estábamos sentados cómodamente en el sofá, el ambiente impregnado de la calidez de la tarde y la expectativa.
-Killian, tienes que leer esto- le dije con una sonrisa contagiosa mientras le entregaba las hojas. -Es algo que acabo de escribir, y estoy emocionada por lo que pienses.
Killian recibió el manuscrito con una expresión curiosa en su rostro, sus ojos se encontraron con los míos antes de sumergirse en las palabras que había plasmado con tinta. Mientras leía, observaba cada una de sus reacciones, cada sonrisa y gesto que indicaban que estaba atrapado en la historia que había creado.
A medida que avanzaba en las páginas, su rostro se iluminaba, y podía sentir la conexión entre las palabras y su corazón. No pude evitar sonreír aún más al ver su expresión de fascinación.
''Había una vez un pequeño pueblo llamado Luminaria, donde la luz era la esencia de la vida. Durante generaciones, la gente de Luminaria había vivido en armonía con la luz que emanaba del corazón de su comunidad: el faro centenario que se alzaba en lo alto de la colina.
Sin embargo, un día, una sombra oscura comenzó a extenderse sobre el pueblo. La oscuridad era tan densa que incluso la luz del faro parecía desvanecerse lentamente. Los lugareños sintieron cómo sus corazones se volvían pesados, y la alegría que una vez iluminó sus vidas se desvaneció.
En medio de la desesperación, una joven valiente llamada Elena decidió buscar respuestas. Consultó a los ancianos del pueblo, quienes le hablaron de una antigua leyenda sobre un artefacto mágico perdido conocido como la Lámpara de la Esperanza. Se decía que la lámpara tenía el poder de disipar cualquier oscuridad y devolver la luz a aquellos que la poseían.
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Thunder
RomanceLeah Cross, una joven única y rara con mal comportamiento con el mundo en general, pasado oscuro que le persigue, tiene una rutina establecida y se siente cómoda en su zona de confort. Killian Jones, un hombre adinerado con una personalidad fuerte...