𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟗

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Llegamos al despacho de Dumbledore y el no estaba

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Llegamos al despacho de Dumbledore y el no estaba.

—Mierda.—gruñó Tom.

—Estoy bien Tom.—intenté bajarme de sus brazos pero apretó mas mis muslos.

—No te hagas la fuerte Grindelwald. —me giró la cara a el para que le mirase y me miró la línea del agua del ojo. —Necesitamos ya ayuda.

—"Hogwarts prestará ayuda a quien lo necesite" falso viejo de mierda. —agregó Matheo.

—Vamos a buscar mejor a Snape.—cuando Draco dijo eso justo aparecieron por la puerta Theodore, Blaise y Snape.

—Venid conmigo.—Snape nos llevó a su sala de pociones. —Dejadla en la mesa. —El tiró sus cosas al suelo haciendo hueco y Tom no pareció querer bajarme.

—Hazlo o cuando tenga fuerzas te juro que te lanzaré mas crucios de los que has recibido en tu vida.—débil, pero lo dije y el me hizo caso.

—Por lo menos no está tan mal.—dijo Blaise.

—Necesito que solo una persona se quede por si acaso y para ayudarme. Los demás necesito que os vayáis a otro aula a preparar esta poción. —Snape dejó una mesa con instrucciones en la mesa. —¿Quién se quedará?.

—Yo soy malísimo en pociones, a lo mejor la enveneno. —rompió el silencio Theodore.

—Pues los demás debéis hacer la poción lo mas rápido posible, si tiene tan mala pinta como parece quizás tengamos poco tiempo. —Los chicos se iban a ir pero...—Tom, llama a su padre.

Tom y yo nos miramos ese milisegundo y después agregó un "por supuesto" para cerrar la puerta e irse.

—Melissa voy a necesitar que te abras un momento la camiseta, necesito comprar tus constantes, también necesitaré sacarte un poco de sangre y saber que ha pasado.

Me desabroché los botones de arriba dejando solo un poco de escote lucirse.

—De un momento a otro sentí una magia, se me hizo muy familiar y me di cuenta que la sentí en Durmstrang una vez pero fue entrenándome. De un momento a otro sentí como esa magia me quemaba y de golpe noté como si me arrebatasen mi ser.

—Tráeme esa jeringuilla de ahí Theodore. —ordenó Snape entonces el dejó de mirarme el pecho y fue a por lo que le ordenaron. —¿Te dan miedo las agujas?.

—No.

—Creo que voy a por algo dulce para Melissa. —Theodore se iba a ir pero Snape le agarró del hombro.

—Sujétame este tubo así Theodore.

—Dime que no se va a llenar de sangre.—justo cuando el dijo eso, Snape me sacó sangre y fue hacia el tuvo. —Vale si, no me hace graci...—el se quedó mirando mi sangre la cual era extraña de cierto modo, tenía pequeñas llamas azules. Cuando Snape me quitó la aguja cogió la muestra y la puso en un palo de metal.

Conjuró un hechizo e hizo que se separasen las mini llamas de la sangre. La puerta se abrió de golpe y eso nos sobresaltó a todos.

—¿Estas bien?—mi padre me abrazó y vi por la puerta a Tom apoyando en el marco. —¿Dónde está Albus? Voy a hablar seriamente con el. ¿Cómo ha dejado que alguien que no es de esta escuela entre y encima el siga con su discursito?

—Papá, estoy bien.

—Señor Grindelwald, hemos separado la sangre de...y con eso podremos rastrear lo que le falta de su magia a Melissa. —dijo Snape.

—Vayamos a la mansión.—agregó mi padre.

—Nosotros si podemos, ellos no. Necesitan un permiso y Dumbledore no está.

—Hija, encontraré a la persona y si hace falta...

—Está bien papá.

Cuando mi padre y Snape se fueron, los chicos me ayudaron a caminar hasta la sala común.

—Dejadme, yo puedo. —me solté de su agarre y empecé a andar.

—Pareces mi abuela intentado ir al baño, deja que te ayudemos. —dijo Blaise.

—He dicho que no necesito ayuda!.—noté un golazo de energía y me dio un calambre desde los pies hasta la cabeza, dolía muchísimo, tanto que casi pierdo mi equilibrio.

—Nota numero 1, no cabrees a un Grindelwald y mucho menos si están con las defensas bajas. —dijo Tom mientras me cogía el abrazo y me apoyaba en el.

—Creo que habría que darla la poción.—dijo Malfoy con segundas.

—¿Qué estas insinuando Malfoy?.—le contesté de mala hostia y se quedó pálido.

𝑽𝒆𝒏𝒅𝒆𝒕𝒕𝒂 𝑮𝒓𝒊𝒏𝒅𝒆𝒍𝒘𝒂𝒍𝒅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora