𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟒𝟎

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Una vez lista bajé a la sala común y me sorprendí al ver a Tom y a Matheo tan bien vestidos. Sentí algo raro en el estómago.

Tom se acercó a las escaleras y me dio la mano para bajar las ultimas escaleras.

—Gracias Tom.

—Me has hecho caso por lo que veo. —no se si soy yo o Tom ha sonreído.

—Claro. —cuando llegamos con Matheo el me sonrió igual pero en el era algo mas común.

—Todos se quedaran boquiabiertos. —me dijo Matheo.

—Esperar, ¿Quienes?

—Un baile que se celebra en la mansión Malfoy. —me contestó Tom

—¿Mi padre está sufriendo y vosotros me queréis llevar a una fiesta?

—No te desesperes sin saber lo que va a pasar, ven con nosotros. —Matheo me dió su mano.

No se que hacer...

—Hazme caso, vas a poder verle. —esas palabras de Tom fueron suficientes para que le diese la mano a Matheo el cual me sonrió de forma cálida.

En la puerta había un carruaje y estaba Dumbledore afuera.

—Esta ahí mi padrino chicos, no creo que sea buena idea.

—Esta todo controlado, confía en nosotros. —seguí caminando junto con Matheo y Tom se dirigió hacia Dumbledore.

—Profesor Dumbledore quería darle las gracias por dejar que salgamos a la mansión Malfoy.

Eso hizo que Dumbledore se girará a el por lo que nosotros estábamos en su punto ciego y entré en la carroza con ayuda de Matheo, una vez yo estaba dentro el cerró la puerta.

Los oía hablar pero dentro no se oía lo suficiente, después de varios minutos subieron.

—Debes confiar mas en nosotros. —me dijo Matheo.

Nunca confíes...

—Lo siento pero no. —le contesté fría.

El me analizó mas profundamente que Tom.

Una vez llegamos me ayudaron a bajar.

—Yo que tu haría ejercicio para quitarte peso del culo, lo tienes demasiado grande. —Matheo todo un seductor...

—Sigo diciendo que el inteligente es Tom y tu el de la cara bonita.

—¿Me acabas de llamar feo? —se pronunció Tom abriéndome la puerta.

—No se de que me hablas Tom.

Pasé y me quedé de piedra al ver que toda la gente se giró a vernos.

—Agárrate a nosotros y camina. —me susurró Tom.

Eso hice, me puse en medio y me agarré de ellos. Éramos el centro de atención, todos nos miraban, murmuraban...

—¿Es necesario ir por el medio de todos?

Le dije a Tom de mente a mente.

—¿Es necesario que te metas en mi cabeza?

Y en ese instante me sacó de su mente. Pues nada.

Llegamos junto con el señor Malfoy y la que supongo que sería su mujer, la gran Narcissa Malfoy.

—Veo que traéis compañía chicos. —dijo la mujer mirándome.

—Melissa Grindelwald es un placer conocerla señora Malfoy.

—Me ha comentado mi hijo algunas cosas. ¿Te gustaría que hablásemos en privado?

Tom y Matheo me miraron sin entender nada.

—Por supuesto. —me fui al lado de Narcissa y nos fuimos a una habitación las dos solas.

—¿En que puedo ofrecerte ayuda?.

—Usted es una Black, ¿Cierto?

—Así es querida.

—Supongo que deberá de conocer a Sirius Black.

Su cara cambió drásticamente.

𝑽𝒆𝒏𝒅𝒆𝒕𝒕𝒂 𝑮𝒓𝒊𝒏𝒅𝒆𝒍𝒘𝒂𝒍𝒅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora