𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑𝟎

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Después de...¿Una botella? ¿Botella y media? No sé, pero decidimos ir a la habitación de Tom y asustarle. ¿Pésima idea? Si, pero solo se vive una vez.

Fuimos a la habitación de Tom, y Theodore abrió la puerta con cuidado, al entrar no había nadie en la cama.

—¿Vamos a buscarlo? —preguntó Blaise.

—Tengo otra idea —dije yo. —Que Theo se quede en la sala común tirado y vosotros le buscáis y claramente Tom subirá a Theo a la habitación y yo estaré aquí para asustarle.

—Buena ideaaa. —Draco me chocó la mano. —Nos vamos, escóndete.

Y así se fueron, yo pensé en donde esconderme y se me ocurrió esconderme en el baño. Apagué la luz de la habitación y vi que la del baño estaba encendida por la parte de abajo de la puerta.

Me acerqué y le oí jadear desesperadamente. Mi mente intentaba pensar en que ahora mismo le odiaba por ocultarme todo pero creo haber mencionado que Alcohol, chicos y yo es mala idea.

Abrí la puerta lentamente y le vi en la bañera tumbado masturbándose con los ojos cerrados. Pasé y cerré la puerta con cuidado, me acerqué y le besé el cuello ya que tenia la cabeza echada hacia atrás. Al principio se asustó y se retiró un poco pero después me cogió del pelo y me dejó seguir besándole el cuello.

—¿Cómo has entrado? —decía el entre jadeos.

—Queríamos hacerte una broma y Theo te abrió la puerta. —le susurré al oído para luego besarle la oreja.

—¿Por qué haríais eso? ¿Tu no eres tan tonta como para hacerlo? —la mano que estaba ocupada en su miembro la llevó a mi culo.

—Creo que el alcohol me afecta Tommy. —le volví a besar el cuello.

—No me llames así Melissa. —dijo entre gemidos y me apretaba mas el culo.

—Tommy o dejas de hacerme eso o tendré que meterme en la bañera contigo.

—Aceptaré ese riesgo pequeña Grindelwald.

Me alejé de su cuello y dejé caer mi pequeña camiseta de pijama a mis pies junto con mi pantalón.

—¿Has estado con los chicos, sin sujetador y con ese pijama? —me dijo mirando mis pechos. —Eso no está bien pequeña. —dejé caer mi tanga de encaje y me metí de pie en la bañera. —Tendré que castigarte. —me cogió de la cadera y me arrimó a el.

—No tengo miedo a tus castigos Riddle. —le dije.

Me miró unos instantes a los labios y estampó los suyos con los míos. Poco a poco me acomodó justo encima de su miembro y me embistió bruscamente. Dejé de besarlo para soltar un gemido y arquearme.

—Dios bendito. —dijo el mientras yo me movía encima suya.

—¿Lo hago mejor que la otra chica? —le dije mientras me deslizaba en el.

—¿Celosa?

—No has contestado mi pregunta.

—Tampoco hace falta que respondas a la mía, se que te mueres de celos Grindelwald. —me cogió de las caderas. —Pero si vuelvo a verte irte con otro a la cama, tanto tu como el lo lamentaréis. —me dio una embestida. —Encima en la misma habitación en la que te corriste en mis dedos. —me dio otra embestida.

—Quizá el celoso seas tu, Tommy.

De un segundo a otro me embistió con fuerza.

—No me llames Tommy, no tienes permiso.  —me decía entre jadeos mientras me follaba.

—Tommy. —le gemí asumiendo el riesgo.

—Por Merlín. —susurro el.

Siguió embistiéndome duramente hasta qué sentía que iba a explotar.

—Tom...

—Retiro lo dicho, tienes prohibido llamarme Tom en momentos así.

—Tom... estoy...—no podía hablar

—Córrete cariño. —su voz, sus embestidas, el que me llamase "cariño"...me hizo explotar.

Cuando el lo sintió salió de mi y de la bañera. Me cogio en brazos, cerro la puerta de la habitación con pestillo y me tiró en su cama.

—Eso te pasa por provocarme.

Me volvió a embestir con dureza.

𝑽𝒆𝒏𝒅𝒆𝒕𝒕𝒂 𝑮𝒓𝒊𝒏𝒅𝒆𝒍𝒘𝒂𝒍𝒅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora