𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑𝟏- 𝐓𝐨𝐦 𝐑𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞

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Me llevé en brazos a Melissa en la cama, nunca ninguna chica había estado en mi cama y mucho menos en mi bañera.

La tumbé boca arriba y me metí dentro de ella haciéndola gemir. No se porque cojones me la estoy follando pero no me arrepiento de estar haciéndolo. Quizás mañana lo haga pero en este momento no.

Empecé a follarla con fuerza, cada gemido suyo hacia que me excitara mas.

—Cállate. —la ordené con dificultad.

Ella cogió una mano mía y se llevó un dedo a su boca.

Mierda.

Era imposible con esta mujer, su cuerpo, sus gritos, sus actos, su mirada ansiosa, sus gritos ahora ahogados...no puedo con ella, es demasiado para mí.

Se a ciencia cierta que si me la llevaba una vez mas a la cama tendría problemas conmigo mismo...

Solo es un día, me repetía a mi mismo mil veces mientras veía como mi miembro entraba y salía de su coño.

De un momento a otro recordé que no solo yo me la había follado, mi hermano también y Theodore en esta misma habitación...pero yo la he hecho venirse 2 veces y voy a por la tercera...

Ella se estaba volviendo loca, su coño empezaba a tener contracciones así qué saqué el dedo de su boca y con ese dedo mojado por su saliva empecé a hacer movimientos circulares en su preciosa y suave perla.

Su cabeza se echó hacia atrás, mi mano libre la puse en su cuello y la hija del diablo me miró mientras se mordía el labio y ahogaba sus gemidos por morderse el labio.

—Tommy...—me gimió, odió que me llamen así pero de ella suena tan jodidamente bien...

—¿Cariño? —me da igual todo a estas alturas, necesito que ella sea solo mía. Me da igual todo y todos.

—No puedo mas. —me dijo y es verdad, sus piernas temblaban demasiado.

—¿Quieres correrte para mi?

—Si...—esa palabra la gimió, fue mala idea hacerla una pregunta de sí o no...

—Prepárate cariño.

La empecé a embestir mas rápido ayudándome de la mano que tenia en su cuello, veía como se mordía el labio, sus tetas botando, como mi miembro la perforaba entera...

De un momento a otro ella gimió fuertemente y sus piernas se contrajeron junto con su coño...mierda. Paré cuando yo también me corrí dentro de ella.

Luego caí, esta borracha...

Cuando su respiración se calmó salí de ella. Se levantó y cogió papel del cajón de Theodore, lo cual me da a entender que se lo conoce bien...

—Me gustaría quedarme pero tengo a tres chicos abandonados. —eso no me agradó ni un pelo.

—¿Vais a dormir todos juntos?

—Si, mi cama es muy grande. —fue la baño a por su pijama y se vistió.

—No creo que lo digas enserio. —la dije mientras se dirigía a la puerta.

—Si quieres vienes y lo ves. —abrió la puerta y se fue.

Cuando me fui a lavar vi que su tanga estaba aquí, se acaba de ir sin nada a dormir con tres chicos en su cama... creo que alguien va a recibir un gran castigo...

𝑽𝒆𝒏𝒅𝒆𝒕𝒕𝒂 𝑮𝒓𝒊𝒏𝒅𝒆𝒍𝒘𝒂𝒍𝒅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora