Capítulo 2+

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La noche había caído muy rápido. La herida ya había parado de sangrar y Samantha ya se había ido a su habitación. Eran cerca de las once de la noche y Rocio aún no había vuelto, Alexa comenzaba a asustarse, hasta que la chica entró y le dedicó una sonrisa algo débil.

-Hola, Alexa.

-Hola, ¿cómo estás? ¿ocurrió algo?

-No, sólo me hice una herida en el brazo. Pero suelo sangrar mucho.

Al escuchar eso, Alexa se arrepintió de haberse hecho la herida a propósito. El cuerpo de Alexa era realmente rápido curando heridas, jamás tuvo problemas con ellas. Con esa herida, sólo le había dolido al inicio, y apenas sangró unos segundos. Rocio, por otro lado, se veía incluso pálida, la venda que aún tenía Rocio en su brazo estaba realmente llena para la delgada herida que era. Alexa inmediatamente fue al baño y sacó algunos paños y agua. Al volver, Rocio estaba acomodada en la cama, sobre su brazo derecho.

-¿Duele? -preguntó Alexa, sentándose al lado de Rocio.

-Algo. -contestó ella, sentándose a su lado- ¿Qué es eso?

-Tu venda está algo sucia. Te voy a limpiar la herida.

Rocio se acomodó su largo y castaño cabello hacia atrás y dejó que Alexa se encargara. La chica se acomodó delante de Rocio, entre sus piernas y comenzó a deshacer el nudo mal hecho de la venda. Con cuidado, comenzó a limpiar con los paños alrededor de la larga herida, cada ligero golpe que daba hacía que ella misma sintiera punzadas en el lugar exacto donde lo hacía, confirmando las pocas sospechas que le quedaban. Se había puesto una blusa de manga larga, para que la castaña no se diera cuenta por sí misma. Alexa aún no sabía cómo sacar el tema.

Rocio observaba lo minuciosa que Alexa estaba siendo mientras limpiaba su herida. Juraría que estaba demasiado cerca, pero realmente no le molestaba. Su respiración se agitó un poco al sentirla tan cerca. Le había comentado a Abril lo que había pasado por la tarde, cuando saludó a Alexa, la felicidad que se apoderó de ella cuando la tocó, sus piernas temblaban y su única y misteriosa cicatriz ardía con fuerza. Pero esta nueva herida no sabía cómo había sucedido, simplemente sintió una gota de sangre recorrer su brazo y el dolor comenzó a hacer su efecto. Intentaba buscar alguna pista en el brazo de Alexa, pero debido a su larga y holgada blusa, no pudo encontrar nada.

-Lo siento. -escuchó a la pelinegra decir.

Rocio la miró extrañada, por primera vez capturando su mirada.

-¿Por qué?

Alexa se levantó la larga manga izquierda, dando a conocer una perfecta réplica de lo que había estado ayudando a limpiar. Rocio veía la herida en el brazo de Alexa, aún sin procesarlo del todo, sabía perfectamente lo que significaba. Ambas lo sabían. Cuando Alexa terminó de vendar la herida de Rocio, Rocio se abalanzó sobre Alexa.

Y ahí comenzó. Una ráfaga de sentimientos se adueñó de sus cuerpos. Ambas sentían su corazón salir, su pecho subir a bajar y comenzaron, por alguna extraña razón, a llorar. Las heridas comenzaban a arder ligeramente. Miles de mariposas revoloteaban en sus estómagos. Finalmente, Rocio se separó y pegó su frente con la de Alexa.

-Realmente no puedo creer que tú me hayas hecho esa herida en el muslo, tienes que darme una explicación.

Alexa rio.

-Luego te lo contaré, Chio. -depositó un beso en la frente de la castaña.

-Me hiciste pasar vergüenza en la prepa, Alexa. Todos pensaron que me había llegado la regla o algo así.

-Lo siento, no era mi intención. De haber sabido que las almas gemelas existían, hubiera salido todos los días cubierta en almohadas, y tú ya te habías hecho otros veinte alrededor. Mis padres incluso me llevaron al hospital pensando que mis piernas habían dejado de funcionar o algo así.

Ambas rieron ante la confesión de Rocio. Era cierto, Alexa era muy brusca jugando y solía hacerse un millón de rasguños, raspones y moretones, era sorprendente que sólo tuviera una cicatriz.

-Bueno, Rocio, es hora de dormir. Mañana te ayudaré a acomodar el resto de tus cosas y saldremos por ahí. -dijo Alexa, recostando a la chica en la cama. Acomodó una almohadilla al lado del brazo herido de Rocio y se pasó al lado contrario.

Rocio volteó su cara hacia Alexa, quedando frente a frente, de nuevo. Quedando ambas en silencio, bajo la luz de la luna, que solamente iluminaba sus rostros.

-Te estuve esperando. -susurró Rocio.

-Yo a ti no -confesó Alexa-. Pero eres una bonita sorpresa.

Silencio. Ambas intentaron dormir. Alexa se mantuvo despierta por un rato más.

-En realidad, eres la más bonita sorpresa que pude haber tenido. -musitó, acercándose lentamente a los labios de Rocio, besándolos con sutileza.

Sorprendiéndola de nuevo, Rocio respondió a su beso.

-¿Lex?

-¿Sí?

-Te quiero.

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"Los capítulos ''+'' de Scars, estarán exclusivamente dedicados a las otras parejas de la historia, también serán pequeños y más directos, básicamente porque también les quiero dar un ligero protagonismo"

Scars || RivariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora