New York, New York

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-Iré a la cafetería antes de la clase. Tal vez pueda avanzar un poco con la tarea- le dije a mi compañera de cuarto al tiempo que agarraba mi bufanda y mi libro de psicología.

-Buena suerte. Esta helando afuera por cierto, es Diciembre y vas a necesitar algo más que una bufanda- me dijo cuándo me estaba yendo.

-¡De acuerdo, mamá!- tomé mi chamarra porque sabía que ella tenía razón y cerré la puerta. Caminé por el Columbus circle y entré en mi café favorito. Me senté sola como una perdedora y ordené un chocolate caliente como una niña de 7 años. Abrí mi libro de texto y levanté la mirada. Miré para abajo rápidamente y de nuevo para arriba. -¿Qué rayos está pasando en este momento?- me susurré a mí misma. Me estaba muriendo por dentro e intentaba no demostrarlo. Al otro lado del café se encontraban cinco increíble especímenes. Los observé en su hábitat natural y narré en mi cabeza como si estuvieran en Animal Planet.

-Aquí está su chocolate caliente señorita. ¿Desea algo más?- regresé a la realidad y casi me caigo del asiento.

-Sí, un tanque de aire porque no puedo respirar- ella miró en la dirección a la que yo estaba mirando y sonrió –¡No lo hagas tan obvio!- me hizo un gesto y se fue. Obviamente no entendía el conflicto de una mujer a punto de tener un breakdown emocional. Posiblemente un despertar sexual.

Seguí leyendo pero cada vez que miraba hacia ellos mi corazón empezaba a latir mil veces por minuto. Todo lo que podía pensar era "Harry, Liam, Niall, Louis y Zayn están sentados a 10 pies de mí. ¿Cómo está mi cabello? ¡Olvidé usar maquillaje! ¡Olvidé ponerme ropa interior!" Bueno, no lo hice pero incluso si lo hubiera hecho en esta situación no sería algo tan terrible. Sonreí a medias a mí misma y seguí viendo mi libro.

Tengo que ver una vez más, sólo una más. Pensé. No, para, para, ¡para! Bueno, solo una. Levanté la mirada y él me estaba viendo también. Mierda. Bajé la mirada rápidamente pero no pude evitar sonreír un poco. Acababa de hacer contacto visual con Harry Styles, el hombre de mis sueños, la crema de maní de mi mermelada, el helado de mi sundae. Tengo que mirar de nuevo. Miré una vez más y él no estaba volteando esta vez... tal vez tenía algo en mis dientes. Mi corazón revoloteó cuando él me miró de nuevo y esta vez sonrió. Me pregunto si él sabe que está derritiendo mi ropa o esta genuinamente interesado en ver cuánto me tardo en arrancarme la playera. Para aclarar, si no estuvieramos en lugar público la respuesta a esa pregunta sería apróximadamente 32.9 segundos. Los 2.9 segundos extra son porque obviamente no soy una zorra.

Está bien, tengo que hacer algo más que pretender leer este libro. Me voy a empezar a ver sospechosa. Tomé de mi chocolate y miré mi libro cuando vi algo de crema batida en mi nariz. Me quedé mirándola por un rato antes de darme cuenta que había estado haciendo bizcos como por un minuto. Mareada, miré su mesa de nuevo y tres de los cinco estaban mirando. Posiblemente preguntándose si deberían llamar a seguridad. Me quité la crema con mi mano y la lamí como cualquier señorita hubiera hecho en mi situación.

Después de diez minutos de fantasear sobre las cosas sucias que podía hacer en mi desayuno, recordé que realmente tenía que leer para la clase. Tomé mi pluma pero cuando alejé mi mirada del libro noté que Harry se ponía de pie. No puedo respirar. Empezó a caminar hacia mi mesa sin hacer contacto visual. Probablemente tenga que ir al baño. Incluso las personas famosas van al baño ¿no? Hombre, no sabes cuánto pagaría para verlo-

Hizo contacto visual. Respira profundo. Dejó de caminar enfrente de mi mesa. La garganta se me cerró. Levanté la cabeza lentamente y lo miré. Este pobre chico. Probablemente luzco como un venado perdido.

-Hola- dijo con su voz profunda perfectamente británica.

-Hey- le respondí cortamente. Tenía que mantenerlo corto para que no escuchara mi voz temblorosa.

-No pude evitar notarte desde ahí. Eres bastante entretenida- ¿Entretenida como una serie de comedia o como una stripper? Estaría bien con cualquiera.

-Sí, me distraigo cuando estudio- ¿Qué carajos le estas diciendo? A él no le interesa eso, estúpida.

-Si me pude dar cuenta de eso- sonrió. QUITATE LA PLAYERA Y HAZME LO QUE QUIERAS. –Soy Harry, ¿cuál es tu nombre, linda?- tengo náuseas.

-Zana- le respondí bajito y sonreí tratando de no parecer una rechazada.

-¿Zana?- preguntó –Eso es raro.- lo miré confundida –No, no, tu nombre no es raro. Sólo que mi amigo de allá... tiene un nombre similar.- tartamudeo como si estuviera nervioso.

-Está bien, lo sé.- ...¿Lo sé? ¿¡LO SÉ?! Eres una estúpida. Cerré mis ojos y sonreí –No quería que eso sonara como un 'Soy una acosadora y sé el nombre de todos tus amigos y familia', me refería a algo como 'Lo sé porque canto tus canciones en la ducha'.- él se rió –Aunque eso no está mucho mejor ¿verdad?- le dije sarcásticamente. ¿Qué tal si lo espanto porque sabe que soy una fan?

-Eres graciosa. ¿En qué escuela vas?

-Una universidad que está al final de la cuadra.

-¿Por qué no vienes con nosotros? Tal vez puedas leer tu libro junto a nosotros, así la gente pensara que nosotros también somos inteligentes.- la mesera regresó con la cuenta y él se sentó delicadamente.

-Me encantaría, no tienes idea, pero tengo que ir a clase.- él se veía un poco desanimado... ¿acabo de hacer que se desanime? Qué bueno, ahora sabe lo que se siento. ¿Él sabe cuántas veces he visto Tumblr y me he desanimado por su perfección? No, no lo sabe.

-Bueno, entonces solo tomaré esto.- dijo tomando la cuenta. La alcancé y la tomé de vuelta.

-No gracias, ya lo tengo.- dije sacando cambio de bolsa. El la tomó de regreso.

-Oh vamos, es solo un croissant y... un chocolate caliente.- el la miró aprobándola –Justo cuando estaba pensando que eras sofisticada.- Quise poner la propina en la mesa, pero la cuenta ya no estaba.

-¿Dónde pusiste mi cuenta?

-Realmente no sé de qué estás hablando.- dijo sonriendo, agitando sus pestañas. Miró al reloj no-existente de su muñeca. –Vas a llegar tarde a tu clase, deberías irte.

-No me importa si tu guardia de seguridad me tira al piso cuando diga esto. Pero te voy a matar si llego tarde a clase.- estaba bromeando, pero si miré a todos lados para asegurarme de que nadie estaba a punto de golpearme.

-No vas a llegar tarde si te vas...- miró de nuevo a su muñeca vacía –ahora.- realmente iba a llegar tarde si no me iba.

-Está bien, pero te pagaré de vuelta. Un día vas a estar en el escenario haciendo lo que haces y un sobre con once dólares y treinta y siete centavos va llegar volando hasta ti. Sólo espéralo.

-¡No olvides los tres dólares de propina!- dijo al tiempo que reunía mis cosas y comenzaba a caminar hacia la puerta. Miré atrás y todavía me estaba viendo, así que sonreí y articulé 'Gracias'. El asintió y sonrió.

Cuando iba caminando por las calles de Nueva York todo lo que podía pensar era: ¿Qué carajos acaba de suceder?

New York (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora