Best City in the World

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-¿Empacaste tu ropa interior?

-Sí, mamá.

-¿Y tú cepillo de dientes y retenedor?

-Sí, mamá.

-¿Tus tampones?

-¡Mamá!- le grité. Parecía que me iba a matar. -...sí.- Mi mamá no acepta estupideces. Es una mujer fuerte, ha pasado por mucho. Ella me estaba visitando desde Palestina, en donde trabaja y todo era como normalmente era...

-¿Empacaste tu lencería?- preguntó Kayla cuando mi mamá salió del cuarto.

-Bueno, considerando que me voy a quedar con novio... sí.- dije y ella se rio con una de sus odiosas y contagiosas risas.

-¿Vas a darle?- preguntó.

-Vamos a quedarnos despiertos toda la noche y lo vamos a hacer una y otra vez.- obviamente no era del tipo celosa. –Llámalo o mándale un mensaje. Asegúrate de que su refrigerador está listo para mi cuerpo.- ella llamó y lo puso en altavoz. -¿Altavoz? No quiero oírlo hablar sucio.

-Hola, amor.- respondió. Ya quiero vomitar. Hice una cara y ella se rio.

-Hola Harry, ¿qué pasa?- preguntó. Por favor no digas nada sucio... o hazlo. Puedo usarlo para chantajearte luego.

Tal vez debería regresar un poco. La noche del concierto cuando Kayla los conoció fue 2 de Julio. Harry consiguió su número. Harry la llamó esa noche y hablaron por 4 horas. Volvieron a Pennsylvania una semana después y Kayla lo visitaba casi cada día. Eso es un viaje de 3 horas diarias. Dedicación. Ella preguntó si quería ir pero no podía pensar en otra excusa para decirle a mi madre. Ahora es 20 de Agosto y han estado saliendo por un poco más de un mes. No ha salido al público pero algunas personas tienen sus sospechas. No sobre ella, si no él teniendo una novia en general.

Yo estoy empacando para mi semestre de intercambio en Londres y me voy a quedar con Harry en su casa. Mi mamá no me iba a dejar ir a Londres porque la renta era muy cara. Así que le dije que me iba a quedar con la abuela de una amiga en la zona más linda de Londres. Finalmente accedió. La abuela de mi amiga en realidad es Harry.

-Bueno, son las 7 de la mañana aquí, así que estaba durmiendo.- dijo y podía escuchar las sábanas.

-¿Tienes comida o no?- grité. Sólo quería ir al punto.

-Uhm... no. Tengo que hacer eso.- ¿No? ¿No?

-¿Cómo sobrevives sin comida en tu casa?- me paré y tomé el teléfono haciendo caras todo el tiempo.

-¡Como mucho!- dijo defendiéndose. -¿Quieres saber un secreto?- esperé a que terminara. –No estoy usando pantalones.- Genial. Con eso es con lo que voy a vivir.

-Termine de hablar contigo.- dije pasándole el celular a Kayla y ella quitó el altavoz para hablar. No eran una pareja desagradable. Solo estaban bien. Esa era la mejor manera para describirlo.

Cuando terminé de empacar mi clóset entero, saqué a Kayla... quien por cierto, seguía en el celular... 2 horas y media después.

-Gracias por la ayuda.- grité mientras la veía entrar al carro. ¿Hablando y manejando? Eso es en contra de la ley perra. En secreto espero que la pare un poli... ¿qué? Eso sería divertido. Para mí al menos.

-Mamá, despierta. Mamá...- dije empujándola. Ella gruñó. –Mamá me tienes que llevar al aeropuerto.- ella se giró. –Mamá, por favor.

-¡Okey, Zana!- Gracias, MAMÁ. No puedo usar ese tono con ella así que sólo lo hago en mi mente... como una cobarde. 20 minutos después se despertó y se vistió. Todavía estaba medio dormida cuando entramos al carro. No estoy segura de que eso sea completamente seguro pero no quiero irme del país estando enojada con mi mamá.

New York (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora