El Lienzo [Taekook]

3. Un encuentro fuera de época

Enero de 1610 en Namur, Bélgica

—Deberíamos dejarlo en la cama —comentó Taehyung mientras entraba con Jungkook aún desmayado, mientras Jin sostenía al joven para equilibrar el peso. Ambos estaban agotados pero habían decidido ayudar al desconocido para que no los exponga con el pueblo y terminen siendo castigados.

—En mi cama no, está repleto de lodo y usted sabe lo pulcro que soy con mis pertenencias —respondió Jin. Taehyung lo observó con una mirada de reproche, frunciendo el ceño como si lo estuviera juzgando. —Fue su idea, Señor Vante. Dejelo descansar en su habitación —agregó Jin, a lo que Taehyung resopló, no muy contento con la idea de tener a un alfa desnudo y sucio en su espacio privado.

El mobiliario de la casa era una verdadera obra de arte, cuidadosamente elaborado por hábiles artesanos locales. Las sillas y mesas de madera oscura estaban adornadas con detalles intrincados, reflejando la elegancia y el estilo de la época. Cada pieza era única y añadía un toque de sofisticación al espacio, como si fueran joyas talladas a mano que danzaban en armonía.

Con esfuerzo, Taehyung y Jin llevaron a Jungkook hacia la habitación. Sus pasos eran silenciosos contra el suelo de madera pulida, evitando cualquier obstáculo en el camino. La preocupación se reflejaba en sus rostros mientras se esforzaban por mantener el equilibrio y asegurarse de que Jungkook estuviera cómodo al dejarlo en la cama. La cabeza del alfa desconocido reposó suavemente sobre la almohada al momento que Taehyung lo acomodó mejor, como si estuviera descansando en un lecho de pétalos de rosa.

En ese instante, el corazón de Taehyung comenzó a latir rápidamente al detenerse en el rostro del chico unos segundos. Las largas pestañas adornaban sus mejillas mientras sus ojos permanecían cerrados, y sus labios entreabiertos dejaban escapar el aire entre suspiros. Su cabello castaño, despeinado y húmedo, formaba leves ondas rebeldes, dándole un aspecto masculino y atractivo. La mandíbula marcada de Jungkook y su rostro perfilado provocaron que Taehyung olvidara por un momento el frío incidente en el agua.
Por instinto, su nariz se acercó al cuello de Jungkook, donde podía percibir su aroma más allá del olor húmedo del río, como si estuviera inhalando el dulce néctar de una flor en plena floración.

—Alfa... ¿Un alfa de sangre pura? —susurró Taehyung al olisquear aquel aroma embriagante que inundaba sus fosas nasales. Sintiendo cada parte de su cuerpo reaccionar porque era el primer alfa además de Jin que tenía asi cerca en sus 25 años de vida.

—Jimin... Te dije mil veces que dejes de olerme mientras duermo —balbuceó Jungkook despertando lentamente, una de sus manos apoyándose en la cintura de Taehyung para que no se aleje. Jungkook solía estar acostumbrado a pasar noches con Jimin dónde el Omega lo despertaba de aquella forma por lo que era claro que estaba confundido.

-¿Jimin? -preguntó Taehyung con nerviosismo, intentando soltarse de aquel agarre posesivo. Sus manos fueron hacia las de Jungkook para intentar separarlo de su zona, observando cómo Jungkook abría los ojos en grande al escucharlo, dándose cuenta de que no era Jimin.

—¿Dónde estoy? ¿Quién...? ¡Taehyung! Debo estar soñando —la voz de Jungkook sonaba sorprendida mientras pestañeaba repetidamente, intentando entender por qué estaba frente a un artista ya fallecido.—¿Eres real? —preguntó, ambas manos sosteniendo sus mejillas para empezar a acariciarlas y apretarlas, sus dedos sintiendo la suave piel de Taehyung. Mientras tanto, el omega se mantenía quieto, sus ojos claros totalmente cautivados por los ojos curiosos de Jungkook como si hubiera caído en una especie de encanto—¡Eres real!—exclamó Jungkook, empezando a hiperventilarse.

—¡Suéltalo! Pervertido —Jin entró a la habitación con un té de hierbas para calmar al invitad9
—claro que el señor Vante es real, preciso que se calme o se retire de nuestro hogar—añadió el alfa, sentándose en la cama y ofreciéndole el té a Jungkook. Mientras tanto, Taehyung seguía observando a Jungkook sin prestarle atención a Jin, totalmente cautivado por su presencia.